Cuaderno de venta

El momento Gandalf de la Fed para frenar al monstruo de la inflación

Jerome Powell.
Jerome Powell.
Pixabay / Fed / L. I

Jerome Powell reaparecerá la semana que viene en Jackson Hole (Kansas) para dar nuevas pinceladas sobre la estrategia monetaria que está desplegando la Reserva Federal (Fed). Si hay algo que volverá a estar en el guión es su conjuro contra la inflación, el gran monstruo económico que se despertó tras los estímulos masivos inyectados en la recesión pandémica de 2020 y que ganó velocidad con la recuperación de 2021.

Los mercados esperan que el serio y gris gobernador del banco central vuelva a vestirse de Gandalf para gritarle a la inflación aquello de 'no puedes pasar', como en el conjuro que lanza a la criatura Balrog en el Puente de Khazad-Dûm de 'El Señor de los Anillos'. Como en esa escena, Powell está usando su bastón desde marzo para evitar que el monstruo, el IPC, siga avanzando por la economía persiguiendo a hogares y empresas. 

A diferencia del mago gris, la brujería de Powell es más aburrida y menos vistosa. Son los tipos de interés pero cada vez que los usa, cada vez que golpea con una subida, el puente económico se debilita. El riesgo, como en el filme, es que se termine desplomando atrapando a su hechicero en una difícil batalla. Más allá del universo tolkeniano, lo que la Fed está provocando con el  veloz endurecimiento de las condiciones de financiación es una crisis, o un aterrizaje 'suave' como eufemísticamente se refiere a ello.

Poco a poco, alguno de los objetivos de enfriar una economía que considera recalentada se van cumpliendo para alivio de los rectores de la política monetaria. El mercado inmobiliario en EEUU, por ejemplo, lleva registrando caídas en las ventas de vivienda durante los últimos seis meses. Powell señaló al ladrillo como una de las fuentes de inestabilidad de precios de segunda ronda que busca aplacar. Las peticiones de hipotecas también lo están haciendo después de la serie de alzas de tipos (0,25 en marzo, 0,5 en mayo, 0,75 en junio y 0,75 en julio) que ha desplegado la Fed.

Donde todavía no han surtido efecto las medidas monetarias del banco central es en el mercado laboral, que sigue sólido y tirante para incomodidad de la Fed. ¿Quiere Powell destruir empleo? En realidad no pero sí busca acabar con la espiral alcista en los salarios y escasez de mano de obra en la que se ha instalado la economía, una amenaza estructural que se superpone a la boom de precios energéticos. Para EEUU, lejos de suponer un problema grave es a la vez una fortaleza desde que se ha convertido con el fracking en uno de los mayores exportadores de gas (GNL) y petróleo del mundo.

Pero lo relevante de la tradicional cita de Jackson Hole es que Powell puede confirmar dos cosas. Primero, su compromiso contra la inflación y el 'no puedes pasar' de los últimos meses. Segundo, una mensaje algo más suave de cara a final de año con los tipos al escenificar que la mayor parte del trabajo monetario esté hecho. En cualquier caso, los mercados vivirán unos días de alta tensión y grandes vaivenes conforme comience a adivinarse, o filtrarse, por donde irán los tiros del discurso de Powell.

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