OPINION

Portland, Telepizza, Natra... Las opas-rana en el 'matasellos' de la CNMV

Albella CNMW
Albella CNMW
EFE

Esta semana, el ‘hedge fund’ Polygon de Reade Griffith ha iniciado el proceso para judicializar la opa sobre Telepizza. Se considera agraviado con el precio pagado por KKR, pero sobre todo porque la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) aprobó la operación a la luz de un informe de valoración de EY que infravalora, a su juicio, a la empresa de comida rápida. El supervisor puso el sello oficial a esta oferta de acciones a la vez que la de Mijaíl Fridman sobre Dia, que requería de celeridad y premura por su situación financiera. Las prisas no son buenas consejeras.

La opa sobre Telepizza es la última que va camino de convertirse en rana. Su salto a los juzgados evoca la sentencia de la Audiencia Nacional (AN) en el caso FCC-Portland que obligó al supervisor que preside Sebastián Albella a modificar el precio de la opa de 6 a 10,29 euros porque no consideraba equitativo el precio de la opa a la luz de nuevos informes de valoración. No obstante, la CNMV ha recurrido dicha decisión y todavía está en el aire si el criterio del supervisor estaba en fuera de juego. Se resolverá, como en el fútbol, en el cada vez más habitual VAR judicial.

Por el camino, el supervisor se cruzará en los juzgados con otra operación a la que dio el visto bueno: la opa de Investindustrial sobre la chocolatera Natra. La AN también ha admitido a trámite un recurso de accionistas minoritarios contra la aprobación de esta oferta en la que los acreedores se convirtieron en accionistas para vender la compañía al mejor postro. El fondo de la familia Bonomi endulzó el precio de la oferta una vez y puede que tenga que volverlo a hacer si sigue los mismos pasos que la de FCC (Carlos Slim) sobre Portland.

La de Telepizza, sin duda, se convertirá en el gran caballo de batalla de la CNMV ya que Albella se pronunció públicamente sobre el resultado de la opa -con un bajo nivel de aceptación- que obligó a Tasty (KKR, Abelló, March y Safra) a realizar un barrido de mercado puerta a puerta con posterioridad a la opa para elevar su posición accionarial para poder superar el 50% del capital pese a que partía con el 25% antes de la opa.

Polygon y Blackwell, dos fondos representados por Griffith, llegaron a controlar el 12% de la pizzera y junto a Boussard & Gavaudan (16%) pusieron en aprietos la exclusión de bolsa que pretendían KKR y sus socios. Ahora el ‘hedge fund’ activista reclama lo suyo porque salió escaldado y, según cuentan, con números rojos. Tuvo que liquidar a marchas forzadas su posición a través del broker Jefferies y UBS para no quedarse atrapado y sin liquidez.

No son los únicos casos de movimientos en las opas españolas este año, algo inaudito en años anteriores. De hecho, la propia CNMV obligó al multimillonario Francisco Riberas, principal accionista de Gestamp y Cie Automotive, a elevar el precio de su opa sobre la pequeña GAM hasta 1,72 euros, un 72% más que el planteado en la opa. En su momento, el movimiento fue interpretado como una manera de curarse en salud ante futuras reclamaciones judiciales.

Los casos de Natra y Telepizza se resolverán por la vía judicial en lugar de en los despachos del supervisor. Otras dos operaciones pueden seguir ese camino en función de su resultado final. La entrada del ‘hedge fund’ activista Elliot Management en el capital de Parques Reunidos -opada por EQT, March y GBL- en sustitución de Syquant Capital apunta maneras a un nuevo episodio que exigirá de la CNMV la máxima atención. La fama de Elliot le precede. El ‘hedge fund’ de Paul Singer no solo es especialista en pedir cambios en la gestión de las empresas o exigir subidas de precio; también tiene un historial como socio de exclusiones de bolsa a cambio de futuras recompensas fuera ya del radar bursátil.

Sea cual sea el resultado de todas ellas, ninguna habrá quitado más el sueño a Albella como la de Letterone (Mijaíl Fridman) sobre Dia, cuyo desenlace todavía está por venir cuando se ponga en marcha la ampliación de capital. Su opa voluntaria a precio de urgencias -para salvar a la empresa- ocupará un lugar en los libros de historia... o volverá a pasar por el VAR de los juzgados como todas las demás. 

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