OPINION

Telefónica ahora es 'merger-friendly': la hora de más operaciones

Telefónica será la mayor operadora británica junto a Liberty.
Telefónica será la mayor operadora británica junto a Liberty.
Pixabay

Se cierra una semana histórica para Telefónica. La travesía por el desierto que se inició en 2016 con el veto de Bruselas a la venta de su filial O2 a Hutchison Whampoa, y el posterior proceso de Brexit -que puso en cuarentena a las negocios británicos- ha terminado esta semana con final feliz y en el peor momento posible: la crisis pandémica de 2020. La alianza con Liberty Global para crear una 'joint-venture' (empresa conjunta) en Reino Unido entre Virgin Media, filial de la estadounidense, y O2 ofrece algunas claves e interrogantes, pero también algunas certezas sobre la proximidad de nuevas operaciones corporativas.

Las cifras de la fusión O2-Virgin son menores a las previstas inicialmente por tres motivos. El principal es que Liberty ha dejado fuera del perímetro de la operación a Virgin Media en Irlanda, que seguirá 100% bajo su control. En consecuencia, los americanos pagan menos a los españoles de inicio. En la banca de inversión se estimaba un pago inicial de 3.200 millones de libras (3.600, de euros) de Liberty a Telefónica para igualar el tamaño y condiciones de ambos negocios, frente a los 2.500 millones (2.800, en euros) recibidos. Sin embargo, el esperado 'evento' de recapitalización posterior vía deuda -al más puro estilo capital riesgo- se quedará en un pago de 3.400 millones de euros adicionales solo para Telefónica (6.000, de libras para ambos socios).

La segunda razón es que se ha sacrificado, o reducido frente a lo estimado, el perfil de riesgo de la nueva compañía británica, que operará bajo la marca de O2, con un menor apalancamiento (menos deuda). La fusión se valora en 38.000 millones de libras (42.900, de euros) como valor empresa (contando la deuda) y unos 30.000 millones (33.000, de euros) sin ella. Liberty meterá 11.300 millones de libras (12.780, de euros) de deuda neta como anfitrión del 'deal', mientras que Telefónica inyecta O2 libre de cargas.

Otra de las grandes claves está en el equilibrio de poder de la nueva empresa. Tanto Liberty como Telefónica se reservan derecho de tanteo a partir del tercer año sobre la participación del otro. Mientras tanto, se comprometen a no vender. Con cuatro consejeros por banda, la presidencia rotatoria de la O2-Virgin recaerá en Mike Fries durante 24 meses y después en José María Álvarez-Pallete, primer ejecutivo de la española. Como buena 'joint-venture', las ventanas de salida para ambos se introducen para el tercer y quinto año de la fusión.

No entra de momento en la operación el legendario inversor Warren Buffett, el mayor accionista de Liberty Global con el 11% de las acciones y compañero inversor del 'fundador' John Malone en varios de sus operadores como Liberty Latam o Charter Communications. La presencia del holding del ‘oráculo de Omaha’ como gran padrino detrás de Virgin Media ha levantado la bandera sobre Telefónica como receptor de grandes inversores para otros de sus negocios.

El cartel de 'se vende... una parte' está colgado sobre el área de infraestructuras con Telxius, en su futura ampliación, donde ya participan ilustres como KKR, una de las firmas históricas del capital riesgo, o Pontegadea, del fundador de Zara, Amancio Ortega. También está al caer una otra operación sobre Telefónica Tech, la división de negocios digitales, cloud computing y ciberseguridad. Ambas áreas de negocio (tecnología e infraestructuras) tendrán noticias sobre nuevos socios en breve, según se espera en la cúpula de la ‘teleco’.

Todas las piezas parecen haberse alineado después del tropezón el 3 de mayo con la venta de su filial en Costa Rica por 570 millones de dólares (520, de euros) a la operadora de capital sueco Millicom, controlada por el 'family-office' Kinnevik de los Stenbeck y precursora de la marca Orange antes de que acabase en manos de France Telecom. Telefónica aseguró antes del cierre de su acuerdo con Liberty que litigará con los suecos, dueños de parte de Zalando o Tele2, por haberse echado atrás en la operación. Las operaciones en Latinoamérica se convierten ahora en el verdaadero caballo de batalla para Telefónica, sobre todo, después de las buenas migas que acaban de hacer Mike Fries y Pallete con el negocio en Reino Unido. El primero, delfín del octogenario Malone, es también el primer ejecutivo de Liberty Latam, otra empresa que encaja a la perfección en el puzzle de desinversiones de Telefónica en la región.

Mostrar comentarios