OPINION

De Botella al FROB: el triunfo de los cómicos de la lengua

Ana Botella, exalcaldesa de Madrid.
Ana Botella, exalcaldesa de Madrid.
EFE

Un teórico del lenguaje, de nombre Benjamin L. Whorf, explicó que nuestra visión del mundo está determinada lingüísticamente. Lo que no se nombra de forma adecuada se puede distorsionar para confundir al personal. Incluso puede llegar a esclavizarlo en el pringoso mundo del eufemismo, ya saben, del griego bien (eu) y hablar (pheme). Por eso es importante llamar a las cosas por su nombre. Definirlas con precisión siempre que sea posible para evitar disgustos.

Hay muchos ejemplos de realidad distorsionada. Ahí va un puñado. Todavía es muy pronto, pero cuando pasen unos años es posible que la reforma laboral se considere un abuso; la venta de pisos sociales a fondos buitre en Madrid, una cacicada; la liberalización total de horarios comerciales, un exceso; la privatización de servicios públicos esenciales una causa de desigualdad; el rescate bancario, una hemorragia para las arcas públicas y las preferentes, algo muy parecido a una estafa.

Luego viene el lenguaje técnico y el eu-pheme y la cosa se lía. De repente, el abuso pasa a ser una medida esencial para salvar el tejido empresarial; la apertura de centros comerciales 24 horas al día, 365 días al año, una opción de libertad para el consumidor; las privatizaciones, un beneficio inmediato para las cuentas públicas;el rescate bancario, un sacrificio necesario para evitar la quiebra del sistema y las preferentes, un activo financiero para inversores ambiciosos. El lenguaje moldea la realidad y tiene consecuencias. Un ejemplo: España se coloca como el tercer país europeo que más centros comerciales tiene previsto abrir hasta 2020, según el estudio European Shopping Centre Development Report de Cushman & Wakefield

Patadas al trampantojo

De vez en cuando, sólo de vez en cuando, el trampantojo lingúístico se viene abajo y queda la verdad desnuda. A menudo, son los jueces los que propinan la patada. Ha pasado con la venta de pisos sociales a fondos buitre en Madrid. El Tribunal de Cuentas condenó a la ex alcaldesa de Madrid Ana Botella y a seis de sus ediles a abonar 22,7 millones de euros por vender 1.860 viviendas públicas en 2013 a un fondo de inversión por debajo del precio contable y de mercado. Hubo causa penal y el juzgado 38 archivó la causa en enero. Lo justificó entre otras cosas por la crítica situación económica de la Empresa Municipal de la Vivienda. El argumento no ha pasado el filtro.

Ana Botella, exalcaldesa de Madrid.
Ana Botella, exalcaldesa de Madrid. / EFE

La Audiencia Provincial de Madrid ha reabierto el caso. En su opinión, existen indicios suficientes como para sostener que los investigados (Fermín Uslé, antiguo gerente de la EMVS, y Alfonso Benavides, el apoderado de la empresa de vivienda Fidere) "pudieran haber incurrido en responsabilidad penal por un presunto delito de prevaricación y malversación de caudales públicos". En el auto no se cita a la exalcaldesa del PP, Ana Botella. Pero Botella estaba allí. No lo puede negar, era la alcaldesa. La venta se realizó en su mandato “sin pliegos, sin concurrencia, y sin realizar una tasación inicial”, según el juzgado. Sin eufemismos.

Aunque para ajuste lingüístico, el que representa el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), un envoltorio que acumula unas pérdidas de 52.960 millones y que en el mejor de los casos, descontando el valor de las acciones que controla en Bankia, rozan los 50.000 millones. Reestructuración Ordenada. Dan ganas de preguntar quién dio con la ocurrencia para saber si, al decidir del nombre del organismo que preside Jaime Ponce, lo hizo porque era seguidor de la escuela de Whorf o fue una ocurrencia feliz de algún cómico. No de la legua, sino de la lengua.

En cualquier caso, no salimos del bucle. Vean si no el análisis del mercado de trabajo en el último informe del Banco de España: “la calidad de los empleos existentes, con tasas de temporalidad y de parcialidad no deseada muy elevadas, admite márgenes de mejora significativos”. Es un lenguaje que tiene su público y del que también forman parte términos como competitividad, reformas estructurales, crecimiento negativo, regularización fiscal y moderación salarial. El lenguaje, horma del pensamiento y arma de los cómicos de la lengua.

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