OPINION

La bonanza riega el jardín de las mentiras

Repartidor de Deliveroo.
Repartidor de Deliveroo.
EFE

Con la mejora de la economía, el jardín de las mentiras está precioso. Luce como pocas veces. La Seguridad Social vuelve a registrar más de 19 millones de cotizantes, lo que no se conocía desde septiembre de 2008; el país está lleno de emprendedores cuyo perfil, según la Cámara de Comercio de España, es el de un varón de 39 años con formación superior pero sin 20.000 euros con los que iniciar su negocio –se puede ser emprendedor y pobre- y todo el mundo empieza a comprender que las pensiones, tal y como las conocemos, son insostenibles porque la generación del baby-boom va a vivir muchos años y no aportó en su vida laboral lo suficiente para cobrar hasta el fin de sus días.

Es un jardín esplendoroso. Pero falso. Un trampantojo. Ni los datos de empleo son tan positivos como parecen, ni hay tantos emprendedores vocacionales como se dice, ni es cierto que las generaciones próximas a la jubilación no hayan aportado en su vida laboral lo suficiente como para cobrar aquello a lo que tienen derecho.

Sobre la evolución del empleo en junio, un jarro de agua fría: hostelería (34.257 nuevos cotizantes) y comercio (28.617) son las actividades que tiran del mercado laboral. Manda, como siempre, la llegada del verano, el turismo y la hostelería. Estacionalidad y precariedad. El cambio de modelo productivo sigue siendo un deseo.

Acerca de los emprendedores -autónomos a la fuerza-, hay datos frescos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE): en España, casi un 17% de la población que trabaja lo hace por cuenta propia. Sólo nos superan cuatro países de la UE, Grecia, Italia, Portugal y República Checa.

La pregunta es si el trabajo autónomo en España responde a la legítima aspiración a prosperar sin jefes, como emprendedores en una nueva economía o por el contrario, es una opción no deseada, fruto de la desesperación generada con la crisis económica.

Repartidor de Deliveroo.
Repartidor de Deliveroo. / EFE

La respuesta la da la propia OCDE: el empleo autónomo en los países más desarrollados no supera el 10%, lo que puede indicar que el autoempleo en España es más una cuestión de mera supervivencia que de emprendimiento. Hay pruebas: los falsos autónomos empleados como repartidores por Deliveroo en Barcelona no son emprendedores, son trabajadores explotados. 

Deliveroo, multada con 1,3 millones por sus supuestas prácticas laborales ilegales, no es la única que se aprovecha de los meandros de la legalidad para ganar dinero. Hay otras muchas compañías que se ocupan de lo que se denomina “última milla” y emplean falsos autónomos para hacer los repartos y extender modos de trabajo medievales.

A empujones con la jubilación

Como medieval es empujar la edad de jubilación para acercarla a la edad de fallecimiento. El Círculo de Empresarios lo ha dicho alto y claro: en breve, la edad de jubilación se situará en 70 años, pero no será suficiente para paliar el desfase en la Seguridad Social. Porque vivimos más y más tiempo. Los números, dicen, no mienten: el aluvión de jubilados que se acerca reclama prestaciones por encima de lo posible.

Pero con los números sucede como con la luz, si se conocen bien determinados principios, físicos o matemáticos, se puede hacer desaparecer un elefante. Lo explica el economista Férnando de Miguel en un detallado artículo. Entre 1977 y 2017, las aportaciones a la Seguridad Social generaban excedentes que, capitalizadas al interés de la deuda pública, bastarían para financiar los déficits de la Seguridad Social que se anuncian. Siempre que el dinero se hubiera utilizado de forma adecuada, por supuesto.

De Miguel estima el excedente en cerca de 900.000 millones. Y plantea una cuestión interesante: si en su día los cotizantes a la Seguridad Social aportaron en exceso fondos que fueron a parar a los Presupuestos ¿qué problema hay en aceptar que los presupuestos cubran el déficit cuando lo haya? Un buen debate para pasear en este jardín.

Mostrar comentarios