OPINION

Operación Alta Tensión en el avispero de la energía

Instalación de paneles solares en Chile.
Instalación de paneles solares en Chile.
EFE

La Corporación de las Tres Gargantas (CTG), empresa estatal china que gestiona la mayor central hidroléctrica del mundo, ha decidido consolidar sus posiciones en Europa. Ha lanzado una OPA sobre la eléctrica portuguesa EDP – 12.000 millones-. La compañía china ya controlaba un 28% de la portuguesa, pero trata de asentarse en el mercado y alargar su área de influencia a los países en los que EDP tiene buenos activos como EEUU o Brasil.

La operación, iniciada en un lejano 2011, confirma lo que los analistas vienen pronosticando en los últimos años: el sector energético europeo y mundial se prepara para un gran baile corporativo en medio de un proceso de concentración cada vez más acelerado.

En España, las grandes empresas, Iberdrola, Gas Natural y Endesa, saben que el terreno se agita. El expresidente de Gas Natural Fenosa, Isidro Fainé, intentó adelantarse a los chinos para formar un gran campeón ibérico de la energía con EDP. No tuvo éxito. Su sucesor, Francisco Reynés, prepara un plan estratégico del que dependerá el ser o no ser del grupo. Se trata de comer o ser comido.

En todo el movimiento que se avecina, la clave está en las energías renovables. Las grandes compañías energéticas tradicionales, lo mismo eléctricas que petroleras, saben que el futuro pasa por las energías limpias. Se mueven. En unos casos para tomar posiciones, aún tímidas, en áreas inexploradas; en otros, como en el caso de las grandes empresas alemanas, EOn y RWE, para defenderse y oponer resistencia al cambio.

Los dos grandes grupos alemanes acordaron hace dos meses  un intercambio de activos para consolidar posiciones. Una operación negociada en secreto y bautizada como Operación Alta Tensión, según la prensa alemana.

Instalación de paneles solares en Chile.
Instalación de paneles solares en Chile. / EFE

Con el intercambio de activos renovables EON y RWE intentan asentar su defensas, minadas por las decisiones antinucleares de Angela Merkel y la competencia de las renovables. Así son los nuevos tiempos. El futuro era esto y está aquí. En España, un ayuntamiento como Madrid exige garantías de suministro de energía limpia a las compañías que quieren contratar el suministro y, de pronto, hay empresas y empresarios que descubren de qué carecen.

Entender y asumir los cambios no es fácil. España también registra movimientos en el sector energético, pero son más especulativos que productivos. En 2017 España se mostró como uno de los países más activos en fusiones y adquisiciones, con un papel destacado de los fondos, voraces compradores de renovables.

Operaciones financieras

Pero son operaciones cuasi financieras. Alejadas de la tendencia que se atisba en el mercado internacional y que tiene tres ejes fundamentales: la movilidad eléctrica, la generación fotovoltaica y el almacenamiento con baterías. En EE UU y en Australia es donde mejor se está desarrollando el modelo que combina renovables y almacenamiento. Mientras tanto, en España, la generación distribuida, el autoconsumo y el desarrollo de microredes siguen siendo un tabú.

El país no está en onda. El debate energético español gira sobre el futuro del carbón y el gas mientras en el plano internacional, los movimientos que perfilan el futuro van en otra dirección: alianzas entre compañías energéticas, fabricantes de equipos y fabricantes de baterías para almacenamiento. Panasonic con Tesla ; Volkswagen ; la finlandesa Wartsila con Greensmth; AES y Siemens; Engie con Greencharge o antes Total con Saft revelan por dónde se va a mover el negocio de la energía.

El precio por llegar tarde al nuevo modelo energético será caro. Hay señales. Esta puede ser una de ellas: el condado de King en el estado de Washington, que incluye a Seattle y Bellevue, ha presentado una demanda contra cinco de las compañías de petróleo y gas más grandes del mundo (BP, Chevron, Exxon Mobil, Royal Dutch Shell y ConocoPhillips) por las consecuencias relacionadas con el cambio climático. En EE UU ya hay una docena de demandas pendientes en California, Nueva York y condados de Colorado. Definitivamente, el futuro ya no es lo que era.

Mostrar comentarios