OPINION

Ordenan a la cocinera de un comedor escolar que “deje de guisar tan bien”

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Los alumnos que van al cole con su tupperware pueden sentirse afortunados, pues es más que probable que sus compañeros más pudientes estén ingiriendo en el comedor ese espanto culinario conocido como “quinta gama”, lo que viene siendo comida precocinada y recalentada.

De vez en cuando, hay algún cocinero con escrúpulos que trata de saltarse ese régimen comodón y rentable, y cocinan para los chavales alimentos frescos y pan horneado. Pero semejante osadía puede costarte el puesto de trabajo, por ejemplo, en Suecia, un país tan obsesionado con la igualdad que ha obligado a una cocinera a rebajar la calidad de sus guisos porque eran “demasiado buenos” y eso resulta discriminatorio para otros alumnos que no son tan gastronómicamente afortunados.

Annika Eriksson es la cocinera de un colegio en Falun, una localidad del centro de Suecia. Cada día brinda a sus alumnos pan horneado por ella misma y un buffet con una amplia variedad de 15 verduras y hortalizas frescas. O más bien lo hacía, porque el ayuntamiento de Falun ha ordenado que cocine “normal”, en tanto otros colegios no reciben un suministro parecido de alimentos y eso resulta “injusto” para con el resto de los alumnos de la ciudad.

Eriksson, la cocinera recriminada, explica que su intención es que todos los alumnos accedan a las proteínas y nutrientes necesarios cada día, y dado que no todos los alimentos son adecuados para todos, trata de suplir con verduras frescas las carencias de aquellos que no comen pollo, ternera o pescado.

Igualdad es comer todos la misma bazofia.

La oferta culinaria no es acorde con una directiva sobre la dieta saludable dictada por el concejo en 2011. En ella se especifica que “la confección del menú supone un esfuerzo colectivo para mejorar las comidas escolares y asegurar que todo el mundo haga lo mismo”. En la práctica, esto significa que el pan hecho a mano será sustituido por pan industrial y el buffet de ensaladas se reducirá a la mitad. También corre peligro el bollo navideño que la mujer elaboraba cada año con sus amorosas manos.

Los padres y los alumnos, lógicamente, han protestado la medida.

Visto en The Local.

Y de segundo…

-¿Restaurante o dispensador de comidas?

-Menú de colegio inglés (quién pillara un Burger King)

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-El peligroso atragantamiento por chuletón en las sidrerías vascas

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