
La bala hubiera atravesado el cerebro de Zacarias si no llega a ser por la dentadura postiza.
El propietario de un bar de Alta Floresta, en la selva brasileña, salvó su vida gracias a los dientes postizos, que desviaron la bala que un atracador disparó a su cabeza. Los médicos que trataron a Zacarias Pacheco de Moraes, de 81 años, confirman que los dientes desviaron la bala hacia la garganta, donde quedó alojada, en lugar de alcanzar el cerebro del hombre, lo que hubiera significado una muerte casi segura.
El doctor José Marcos da Silva afirmó a las cámaras de Globo TV, G1, que ha decidido no extraer de momento la bala de la garganta de Zacarias, porque la cirugía pondría en riesgo la vida del hombre. Según afirmó Silva el pasado sábado el herido se encuentra en una condición estable aunque puede perder la vista, dada la trayectoria del proyectil.
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