Los chinos suelen bromear acerca de su voracidad depredadora: “comemos cualquier cosa que vuele, menos un avión, o que tenga cuatro patas, siempre que no sea una mesa”. En el zoo de Pekín no iban a ser menos, así que después de ver a los hipopótamos en s jaula siempre puedes degustar su carne en el restaurante.
Entre las delicias que sirve el local se encuentran la cola de canguro asada, la sopa de hormigas, el pene de ciervo o el asado de dedines de hipopótamo. El menú ha provocado la indignación de los conservacionistas, tras ser aireado por el Diario Legal la semana pasada: “Los zoos deben impulsar el amor por los animales, no vender su carne. El zoo de Pekín estimula el consumo y aumenta la presión sobre los animales en libertad. Es socialmente irresponsable”, protesta un portavoz del Fondo por el Bienestar de los Animales.
Los dueños del restaurante Bin Feng Tang se defienden afirmando que los animales servidos no proceden del zoo sino de granjas especializadas en animales exóticos y que tienen todos los permisos de las autoridades. De todas maneras, y ante la airada respuesta de la sociedad, han prometido revisar el menú, que también incluye platos de escorpión, pavo real, huevos de ostra y la famosa sopa de aleta de tiburón, menús que cuestan entre 12 y 120 euros.
Y, por sorprendente que pueda parecer, el menú de animales es un gran avance respecto a tiempos pasados, cuando en los carteles de los zoos se mostraba el nombre del animal, su procedencia y qué partes de su cuerpo resultaban más sabrosas para el consumo.
Feliz Día de la Biodiversidad.
Visto en Guardian.
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