OPINION

Heavy metal en Bagdad

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Formada durante los estertores del régimen de Saddam Hussein, Acrassicauda fue el primer grupo de heavy metal de Irak...y probablemente el último. El sonido de la potente batería de Marwan se mezclaba con los morteros que sonaban en Bagdad durante la violenta guerra civil que siguió a la invasión del ejército de EEUU en 2003: "¿Que por qué somos heavies? ¡Vivimos en el mundo del heavy metal!", responde Waleed, el cantante de la banda a los periodistas de Vice que apadrinaron al grupo, lograron que grabaran un disco en Siria y montaron a partir de la fabulosa historia el documental "Heavy Metal en Bagdad", que se proyectó por primera vez en Madrid.

La película es doblemente épica. Por un lado, está la historia de cuatro tipos que desafían un régimen dictatorial y una sociedad tradicional para abrazar su pasión por las guitarras,  Metallica, los decibelios, Slayer y las melenas que (¡ay!) no les dejan llevar los ultramontanos. Por otra parte está la historia de Eddy Moretti y Surosh Avi, dos fanáticos del heavy que se atrevieron a plantarse en Bagdad en el verano de 2006, cuando 300 iraquíes estaban muriendo al día por la violencia, sólo para conocer y dar cuerda a Acrassicauda. Escoltados, eso sí, por una docena de pistoleros a sueldo.

Acrassicauda sólo logró dar tres conciertos antes de la caída de Saddm Hussein. En esta etapa tuvieron que tragar el sapo de dedicar una canción al sátrapa de Tikrit, la llamada "Juventud de Irak". Los miembros del grupo y su reducido número de fans -la escena heavy de Bagdad no era como para tirar cohetes, con permiso de la expresión- estaban bajo sospecha de los guardianes de la moral iraquíes "porque pensaban que al agitar la cabeza al ritmo de la música estábamos imitando a los judíos cuando rezan", cuenta en el documental el bajo, Firas.

Los chicos de Vice consiguieron varios hitos para Acrassicauda: montar un concierto en el hotel Al Fanar, en 2005, y la grabación de tres temas en un estudio de Damasco, en 2007, cuando el grupo de reunificó en Siria tras el exilio de cada uno de sus miembros. Su tímida reaparición en Siria se salda con la aclamación del escaso público, que perdona a la banda incluso su apertura con la vergonzante "The final countdown".

"Heavy en Bagdad" es un paradigma del periodismo gonzo que realiza la revista Vice, ahora también metida en harinas televisivas. Con la excusa de los riffs de Acrassicauda, el codirector Surosh (un canadiense-pakistaní que parece Alex ce la Iglesia dentro de dos años) muestra la terrible vida cotidiana en el Irak posbélico, la no menos lamentable circunstancia del millón largo de exiliados iraquíes en Siria y, en definitiva, la estupidez de la guerra y la violencia de los hombres (en masculino aquí). Entre los obuses, los helicópteros Apache y los coches bomba queda, al menos, un grito de espanza: Heavy rules!

Corolario: Me entero por la inevitable Wikipedia que los miembros de Acrassicauda han conseguido el estatus de refugiados polícitos en EEUU, que viven felices en New Jersey y que tal día como antier lanzaron su primer disco: "Sólo los muertos ven el final de la guerra".

Revista Vice.

MySpace de Accrasicauda.

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