OPINION

Profesora muere ahogada en un estanque de 30 cm al quedar atrapada por una espeluznante escultura fálica

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En un extraño accidente que sólo Agatha Christie podría entender, Ann Newton, una británica de 58 años, se ahogó en un estanque de 30 cm. de profundidad de su casa de Thirkeld Place, Penshaw, después de haber sido empujada bajo el agua por un inquietante adorno de jardín.

El luctuoso suceso, más propio de las películas de terror donde los objetos se tornan en malignos, ocurrió cuando la mujer salió a poner comida en un comedero de pájaros que tenía al lado del pequeño estanque. Al agacharse, enganchó su blusa con el ornamento, lo que hizo que cayera sobre su espalda, empujándole de cabeza al pequeño estanque mientras el peso de la escultura (tallada en un tocón de un árbol) le impedía salir del agua.

"A nadie nunca le gustó. La gente me decía que era espeluznante y que teníamos que deshacernos de ella. Incluso Ann me llegó a decir que era como una gárgola que le miraba raro. Si la hubiéramos sacado de casa, ahora estaría viva”. Son las palabras del compañero sentimental de la profesora hacia la escultura de penetrantes ojos, que compraron como recuerdo en un viaje a Escocia.

Norman Lun había salido de casa para dar un paseo dejando a la mujer haciendo un crucigrama. Cuando regresó, una hora más tarde, se encontró con la horrible escena al mirar hacia el jardín. Aunque intentó sacar el cuerpo del agua, “no pudo luchar con el peso de la estatua”. Cuando la ambulancia llegó 7 minutos después y le ayudaron a levantar el adorno, ya no se pudo hacer nada por la vida de la mujer.

Los médicos que certificaron la muerte afirman que las pruebas de toxicología dieron como resultado 186 mg de alcohol por 100 ml de la sangre señorita de Newton, poco más de dos veces el límite de alcoholemia británico de 80 mg por 100 ml. Aunque afirman que no era una cantidad grande para provocar su muerte, si suficiente para provocar un deterioro de su reacción. El Sr. Lunn dijo que quizá su compañera “podría haberse tomado un gin-tonic” mientras él estaba fuera.

Según el informe médico preliminar, el ahogamiento era difícil de determinar en los exámenes post-mortem, pero afirma que probablemente esa fue la causa de muerte si se pone en un plato de la balanza de probabilidades. En el otro plato igual había que quitar el peso del falo escocés y poner el de la rodilla del compañero sentimental de la mujer, al que, de momento, han descartado como posible autor de los hechos.

Desgraciadamente, la verdad sólo la sabe una horrible escultura con la cara de la muerte marcada a martillo y cincel.

Vía Sunderland Echo

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