Tribuna Global

El desafío en la política de comunicación de la Fed para evitar una crisis

El banco central puede diseñar con éxito un cambio suave en la política monetaria, cuando sea el momento y evitar un nuevo 'taper tantrum' como el de 2013.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, en la rueda de prensa extraordinaria celebrada el 3 de marzo de 2020 en Washington.
Evitar turbulencias: El gran desafío en la política de comunicación de la Fed en 2021
FED

Una estrategia de comunicación clara es crucial para gestionar las expectativas del mercado en torno a los cambios en las compras de activos y la política de tipos de interés de la Reserva Federal. En su última reunión, la Fed dejó la política monetaria sin cambios, tal y como se espera, y el presidente del banco central de EE UU, Jerome Powell, hizo un esfuerzo en la comparecencia posterior por lograr un equilibrio entre el énfasis en la actual debilidad económica y la mejora de las perspectivas, al tiempo que reiteró que la actual postura altamente acomodaticia es adecuada para mantener dicha reactivación. Powell sugirió que pasaría "bastante tiempo" antes de que se produzcan nuevos avances sustanciales, el detonante para que la Fed comience a reducir el ritmo mensual de compras.

Dada la política ultraexpansiva de la Fed, muchos participantes en el mercado se han centrado en la llamada “estrategia de salida”. Sin embargo, Powell ha insistido en que es prematuro que la Fed comience a discutir públicamente cualquier cambio hacia una política menos acomodaticia. No obstante, creemos que la autoridad monetaria ya está planeando una serie de escenarios, incluyendo uno en el que eventualmente será apropiado comenzar a reducir gradualmente la política expansiva. En ese momento, cuando la Fed comience a discutir su eventual salida, querrá evitar un endurecimiento prematuro de las condiciones financieras. Y nosotros creemos que la Reserva puede diseñar con éxito un cambio suave en la política monetaria, cuando sea el momento y evitar un nuevo 'taper tantrum' como el de 2013.

Dado que ahora esperamos un importante gasto fiscal adicional a principios de 2021, lo que debería reforzar la economía y el empleo en EE UU, vemos que existe el riesgo de que la Fed comience a reducir las compras de bonos unos meses antes de lo previsto, es decir, a finales de 2021 en lugar de a principios de 2022. Dicho esto, la dirección del banco central ha hecho todo lo posible para tranquilizar a los mercados en el sentido de que no empezará a retirar la acomodación prematuramente. Y con la economía aún recuperándose de la pandemia, creemos que esas garantías son apropiadas para ayudar a anclar los tipos de interés y mantener la recuperación en el camino. Tan es así que, si hipotéticamente los mercados de bonos adelantaran las expectativas de un endurecimiento de la política similar al mencionado 'taper tantrum', una reacción de ventas masivas en el mercado podría anular potencialmente algunos, si no la mayoría, de los beneficios económicos positivos de las políticas del Gobierno federal de EE UU.

En esta línea, pensamos que la Fed podría esperar hasta que cualquier cambio en la política fiscal se haya convertido en ley (o esté muy cerca de hacerlo) antes de incorporarlo plenamente a las proyecciones económicas oficiales y, a su vez, a sus opiniones políticas. En consecuencia, los mercados podrían tener que esperar hasta las previsiones de la Fed de junio de 2021 para ver cómo digieren los representantes de la autoridad monetaria la nueva legislación de ayuda a la pandemia que probablemente se apruebe en primavera. Esto, a su vez, da a la Reserva más tiempo para vigilar la trayectoria del virus, incluida la distribución de vacunas. También da tiempo para preparar cuidadosamente comunicaciones que equilibren la mejora de las perspectivas económicas con las todavía frágiles condiciones actuales y ayuda a explicar por qué Powell no tenía prisa por proporcionar orientación adicional en la reunión de enero del FOMC.

Tres enfoques para evitar seísmos

Aunque sigue estando justificado ahora un alto grado de política monetaria acomodaticia, en algún momento Powell tendrá que empezar a comunicar los planes de la Fed para comenzar a reducir sus compras de activos, especialmente si la economía estadounidense avanza sustancialmente este año hacia los objetivos de inflación y empleo marcados. Cuando llegue esa hora, la Fed querrá comunicarlo de forma que genere una salida suave con una subida gradual de los tipos de interés. Vemos tres enfoques posibles para evitar problemas en los mercados:

El 'new neutral': La Reserva Federal puede hacer hincapié en que el tipo de interés real neutro sigue siendo bajo, y puede ser incluso más bajo después de la recesión relacionada con la pandemia, a pesar de los esfuerzos de los responsables políticos para minimizar las secuelas económicas a largo plazo. El bajo tipo de interés neutral real debería servir de ancla para los tipos de interés a más largo plazo.

Dos políticas distintas y separadas para la compra de activos y los tipos: La autoridad monetaria debería intentar una vez más disociar los cambios en sus programas de compra de activos con las expectativas del mercado sobre el calendario de cambios en el tipo de interés oficial. Según nuestra interpretación sobre la estrategia de la Fed, las condiciones económicas necesarias para los cambios en las compras de activos son lo suficientemente distintas como para permitir cierta desconexión entre ambas. Si la Fed puede anclar las expectativas de los tipos al mismo tiempo que comienza a reducir las compras de bonos, creemos que debería ser capaz de limitar la venta del mercado de bonos.

Comunicar con antelación y en detalle: La Fed debería comunicar con antelación cualquier plan de reducción de los programas de compra de activos, quizás publicando un calendario de reducción preestablecido, como hizo antes del programa de reducción del balance de 2017. De hecho, al comunicar ese programa con suficiente antelación, la Fed consiguió minimizar las perturbaciones del mercado de bonos asociadas a una mayor oferta del Tesoro.

El año pasado, la Fed actualizó su estrategia de política monetaria para enfatizar la necesidad de un periodo de inflación por encima del objetivo tras épocas de debilidad económica. Esta nueva estrategia, que se centra asimétricamente en el máximo empleo al tiempo que resta importancia a los riesgos de una mayor inflación, también debería servir en última instancia para anclar las expectativas del mercado sobre la trayectoria de los tipos de interés, al tiempo que fomenta una salida suave y gradual de la política extraordinaria de la Fed. Aun así, los mercados pueden excederse de vez en cuando, y una comunicación clara y cuidadosa de la Fed ayudaría a minimizar la probabilidad o el impacto de tales acontecimientos para que la economía pueda seguir curándose de sus heridas

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