La Generalitat prepara una ofensiva fiscal contra Coca-Cola y otros refrescos

    • CiU y ERC quieren recaudar unos 22 millones anuales mediante un impuesto que grave en la comunidad el sector de bebidas azucaradas.
    • Diversas fuentes apuntan a que la propuesta es un contraataque directo a la decisión del grupo que distribuye Coca-Cola en Cataluña de trasladar la sede social a Madrid.
Artur Mas toma posesión hoy como presidente de la Generalitat
Artur Mas toma posesión hoy como presidente de la Generalitat
A.P.A.

Artur Mas ha lanzado un órdago al sector de las bebidas refrescantes en Cataluña. Una ofensiva de CiU que cuenta con el apoyo de ERC.

La izquierda catalana propone crear un impuesto que grave las bebidas azucaradas con el objetivo de recaudar cerca de 22 millones de euros al año, según adelanta el diario El Mundo.

Para ello, ambos partidos políticos quieren someter a impuestos el consumo de este tipo de bebidas, gravando con 0,075 euros el litro; con unos 0,024 euros la lata y 0,15 euros el formato de dos litros. Todo ello bajo un argumento: proteger la salud de los ciudadanos.

"Decir que vas a crear un impuesto sobre las bebidas que contengan azúcar es una excusa. ¿Qué sentido tiene? No hay datos que demuestren que estos productos incentiven la obesidad", explican a lainformacion.com fuentes de la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra).

El organismo asegura que hay cifras que rebaten los argumentos de la Generalitat. "La contribución de las bebidas refrescantes a la ingesta de energía diaria de la población española es del 1% y, además, en España las bebidas light representan el 30% del total de bebidas refrescantes", puntualizan.

Además, Anfabra se queja de que la medida tiene un carácter discriminatorio: solo gravará a las bebidas, no a todos los productos que contengan azúcar.

Estos argumentos refuerzan la teoría de diversas fuentes, que apuntan a que el nuevo impuesto podría ser un castigo a Cobega, la distribuidora de Coca-Cola en Cataluña.

Coincidencia o consecuencia, la decisión de CIU y de ERC se produce justo dos meses después de que se confirmara que el nuevo embotellador de Coca-Cola se ubicará en Madrid.

La multinacional española vende todas sus bebidas (los distintos tipos de Coca-Cola, Fanta, Nordic Mist…) a través de siete grupos diferentes repartidos por todo el territorio. El más importante de ellos es Cobega, el grupo de la familia Daurella.

Cobega será el accionista mayoritario del nuevo embotellador único, del que tendrá hasta el 40% de las nuevas acciones, y su nueva columna vertebral estará en la capital española. De ahí que hayan surgido los rumores de que el impuesto a las bebidas ha llegado como un jaque a Cobega y una advertencia a todo el tejido empresarial catalán.

De llevarse a cabo esta medida, Anfabra asegura que el sector, uno de los pocos que está aguantando la crisis, se resentirá.

"La sensibilidad de la demanda a los aumentos de precio podría suponer un frenazo para el consumo y, por tanto, la medida podría no recaudar lo previsto. Por otro lado, la industria catalana se verá discriminada frente al resto del país y frente a la Unión Europea; por no hablar de que se golpeará a uno de los pocos sectores que está soportando la coyuntura económica", alertan desde la asociación.

Según datos de mercado, Cataluña es una región clave para el sector. En las fábricas que existen en la región se elabora alrededor del 20% de la producción nacional de refrescos y se generan cerca de 2.000 empleos directos y más 4.500 de manera indirecta.

Pero la comunidad no solo es importante en la producción, sino también en el consumo, a donde va destinado el nuevo impuesto.

Según el Estudio de hábitos de Consumo de las bebidas refrescantes realizado por ANFABRA, el 83% de los catalanes destaca la presencia de los refrescos en sus relaciones sociales. Además, salir y tomar un refresco es la actividad de ocio más valorada por el 41%. Suma y sigue, porque los catalanes son los que, en mayor medida, prueban los nuevos lanzamientos y optan más por sabores menos tradicionales.

Todo un caramelo para que sean víctimas del impuesto a Coca-Cola y a todas las empresas que vendan bebidas azucaradas en el mercado catalán.

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