Exportavoz de Bosnia ante La Haya: "A veces los derechos están más de parte de los criminales que de las víctimas"

  • Refik Hodzic fue portavoz bosnio del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia durante ocho años. En esta entrevista, recuerda cómo un anciano suplicó una explicación al verdugo de su hijo sin obtener respuesta, pero celebra que La Haya creara un precedente para que personas como Bashar al Asad no queden impunes.

Refik Hodzic, portavoz del Centro Internacional para la Justicia Transicional
Refik Hodzic, portavoz del Centro Internacional para la Justicia Transicional
Radio Free Europe

Usted abandonó Bosnia poco antes de que estallara la guerra en los Balcanes. ¿Sospechaba lo que iba a suceder?

Abandoné Bosnia en julio de 1991. Acababa de finalizar el instituto. Tenía 17 años. Mi padre vivía en Nueva Zelanda y me convenció para que fuera a visitarle. En menos de dos semanas tras mi llegada allí, comenzaron los enfrentamientos en Croacia y ya no volví hasta 1996.

Debió de ser muy duro vivir la guerra de su pueblo desde la distancia, con su familia allí.

Soy de Prijedor, una localidad al noroeste de Bosnia que ganó notoriedad internacional porque fue allí donde se descubrieron los primeros campos de concentración de la guerra.

Fue una época terrorífica, horrible… una época de desesperación. Durante meses no supimos nada de nuestros seres queridos. Atrás habían quedado mi tío, mis primos…

Las primeras noticias de ellos nos llegaron en septiembre de 1992 [la guerra había comenzado el 6 de abril]. No todos mis familiares sobrevivieron. A algunos los habían matado y otros estaban extremadamente traumatizados.

Vivió en Bosnia hasta hace un año. ¿Existen aún muchas heridas abiertas en los corazones de los bosnios?

Dolor, injusticia, culpa, aprensión… esa es hoy la realidad de Bosnia. Mi madre continúa viviendo en Prijedor. Aún no están comprometidos con un proceso de reconocimiento del pasado para que todos podamos seguir adelante. Continúan viviendo con lo que pasó hace 20 años.

Sin embargo, los criminales han sido juzgados.

Los líderes aún encuentran muy rentable políticamente hacer uso del pasado para fomentar las divisiones. La gente está más preocupada con esto que con los verdaderos problemas del país: corrupción y la depresión económica.

Muchos altos cargos de la guerra han ido a juicio, pero no se ha afrontado la ideología que les llevó a cometer sus crímenes. Hoy algunos de ellos aún son héroes [para parte de la población], en vez de estar apartados de la comunidad.

Hay una presencia continua de injusticia, el crimen en cierto modo se ha premiado y la comunidad internacional lo tolera.

¿Qué fue lo que más le impresionó durante el tiempo en que ejerció de portavoz de Bosnia-Herzegovina para el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (entre 2000-04 y 2006-10)?

Lo más difícil era cuando las víctimas se enfrentaban cara a cara con sus verdugos. Recuerdo cómo una vez un anciano contó al Tribunal cómo dijo adiós a su hijo. Se lo llevaron para interrogarle y pidió a su padre que cuidara de sus hijos. Nunca volvió a verle.

El anciano pedía al acusado por La Haya que le contara qué sucedió antes de que muriera, que le diera una explicación. Pero no hubo ninguna respuesta por la otra parte.

Las víctimas tienen el derecho a saber, el derecho a que se haga justicia. Pero a veces los derechos estaban de parte de los criminales más que del lado de las víctimas.

Pero habrá algo de lo que esté orgulloso habiendo formado parte del Tribunal que ha sentado ante la justicia a Slodoban Milosevic o Radovan Karadzic.

De lo que más orgulloso me siento es de que el Tribunal investigara algunas de las peores atrocidades cometidas después de la Segunda Guerra Mundial y de que estableciera la demostración de crímenes de guerra más allá de toda duda razonable.

Pero desgraciadamente el impacto de estos juicios sobre el terreno ha sido muy limitado. Algunos gobiernos se oponían directamente al daño que causaba a su propio grupo étnico.

Entonces, ¿cree que se ha hecho justicia?


Hasta que no hayamos deslegitimado la ideología que dio lugar a la guerra, simplemente estaremos proporcionando una justicia ilusoria. No solo no es justo, sino que se pueden estar creando las raíces para un nuevo conflicto, una venganza en veinte o cuarenta años.

El Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ) del cual es ahora director de comunicación está asesorando a Túnez en la investigación de violaciones de derechos humanos durante la era de Ben Alí. ¿Qué consejos les están dando?

Estamos trabajando con el Gobierno [de transición] y la sociedad civil proporcionándoles asesoramiento técnico para llevar a cabo las investigaciones, que sepan a qué aspectos prestar atención.

Básicamente les estamos diciendo que es necesario que se enfrenten a esto de forma exhaustiva para que la sociedad pueda seguir adelante, no como en Bosnia. Pensar que puedes alcanzar la justicia solo llevando a los criminales ante la justicia es una estrategia defectuosa.

Recientemente el ministro de Asuntos Exteriores español comparó la transición tunecina con la española. ¿Cree que España puede ser un ejemplo para Túnez y otros regímenes árabes en transición?

Mientras que hay algunas lecciones que se pueden aprender de España, podemos ver por la reciente experiencia en torno al juez Garzón que aún hay muchos problemas porque ha faltado un ajuste de cuentas completo del pasado.

¿Cree que el pueblo sirio encontrará la paz?


Encontrarán la paz, aunque puede llevar años o décadas para que la justicia actúe. Sin embargo, Bashar al Asad debe saber que la impunidad no prevalecerá [sobre sus crímenes].

Como América Latina o Bosnia: ¿quién habría pensado nunca que Slodoban Milosevic [presidente de Yugoslavia y Serbia fallecido en 2006 mientras esperaba una sentencia de La Haya] acabaría siendo juzgado?

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