Fiscalía de Valladolid pide penas que suman más de 9 años para tres individuos por robar en Metales Extruidos

  • Protagonizaron una peligrosa huida a bordo de un turismo robado con el que envistieron a dos coches de la Policía Municipal

Protagonizaron una peligrosa huida a bordo de un turismo robado con el que envistieron a dos coches de la Policía Municipal VALLADOLID, 12 (EUROPA PRESS) El Ministerio Fiscal solicitó hoy un conjunto de penas que suman más de nueve años de cárcel para tres individuos a los que se acusa del robo de material presuntamente perpetrado en enero de 2007 en la empresa Metales Extruidos y de protagonizar posteriormente una peligrosa huida a bordo de un turismo robado con el que llegaron a envestir a dos coches patrulla de la Policía Municipal que les perseguían. En el banquillo del Juzgado de lo Penal número 2, donde el juicio quedó hoy visto para sentencia, se sentaron tan sólo dos de los acusados, Antonio V.A. y Juan Antonio N.P, mientras que el tercero, Antonio H.C, no llegó a comparecer. Sus respectivos abogados solicitaron para todos ellos una sentencia absolutoria. Sin embargo, los dos últimos, tal y como sostuvo la acusación pública, se exponen a penas de dos años de cárcel y multas de 3.600 euros por delitos de robo de uso de vehículo a motor y robo con fuerza, mientras que el primero, Antonio V.A, a quien además de ambos delitos se le imputan otro de atentado y otro de daños, podría ser condenado a un total de cinco años y tres meses de prisión y al pago de multas por importe de 7.200 euros, así como al abono de casi 8.000 euros por los daños causados, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas. Durante el juicio, el principal imputado, el vallisoletano Antonio V.A, explicó que el día de autos, el 27 de enero de 2007, cogió un autobús en Salamanca, donde residía, y se dirigió a Valladolid tras contarle un amigo que en un callejón próximo a Metales Extruidos había amontonado material de aluminio. El acusado relató que una vez en el barrio de La Victoria se encontró un turismo con el puente realizado y un cristal roto--había robado en la capital salmantina--que utilizó para acercarse a la fábrica y cargar el material. De regreso a Salamanca, tal y como alegó, se encontró con los otros dos acusados, quienes habían pernoctado en el interior de un portal del barrio de La Victoria, y les ofreció llevarles a la capital charra, si bien fue entonces cuando el turismo que ocupaban se cruzó con un coche patrulla de la Policía Municipal que comenzó a perseguirles. "Me encontraba drogado y me puse muy nervioso, por eso no paré hasta que me obligaron, pero sin que hubiera intentado echar a los agentes de la carretera", aseguró el imputado, quien, junto con sus dos compañeros de huída, acabó finalmente empotrando el vehículo contra un guardarrail a la altura del acceso de la ronda oeste hacia Zaratán.TEMIERON POR SU INTEGRIDAD Frente a lo declarado por Antonio V.A y su compañero de banquillo, Juan Antonio N.P, que coincidió con el primero en el relato de los hechos y añadió que durante la persecución no cesó de implorarle que parara porque "iba a tope", agentes de la Policía Municipal que participaron en la detención no dudaron al afirmar que llegaron a temer por su integridad y por la de otros transeúntes y vehículos que tuvieron que echarse a un lado para no ser atropellados. Así, los policías relataron que la Sala recibió la llamada de un vecino alertando de que varios individuos habían saltado la valla que circunda la empresa Metales Extruidos, sita en la Avenida de Burgos, y se hallaban robando material de aluminio. De camino a la empresa, un coche patrulla se cruzó con el turismo sospechoso, un Ford Orion gris, a la altura del Paseo del Jardín Botánico y fue en ese momento cuando se inició la peligrosa persecución. En su transcurso, tal y como coincidieron todos los agentes, Antonio V.A, que era quien iba a volante del coche, hizo caso omiso de las señales acústicas y luminosas, circuló de forma "temeraria" y en dirección prohibida por la calle Fuente El Sol, donde transeúntes y vehículos corrieron peligro de ser alcanzados, se saltó numerosos semáforos en rojo de la Avenida de Gijón y finalmente, tras envestir varias veces a dos coches patrullas que realizaban la persecución, acabó colisionando con un guardarrail en la ronda oeste.

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