Sucesos.- Cae un peligroso 'alunicero' que escapó de la detención de su banda tras una espectacular huída por la M-30

  • Agentes del Grupo XXI de la Brigada Provincial de Policía Judicial detuvieron la pasada semana a Ricardo G.J., de 22 años, un 'peligroso alunicero' al que se le imputan 27 delitos contra las personas y el patrimonio y que el pasado mes de octubre protagonizó una espectacular huída por la M-30 con la que consiguió escapar de la Policía, informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

MADRID, 13 (EUROPA PRESS) Agentes del Grupo XXI de la Brigada Provincial de Policía Judicial detuvieron la pasada semana a Ricardo G.J., de 22 años, un "peligroso alunicero" al que se le imputan 27 delitos contra las personas y el patrimonio y que el pasado mes de octubre protagonizó una espectacular huída por la M-30 con la que consiguió escapar de la Policía, informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid. En la llamada 'operación Banzai', de la que el hoy detenido logró escapar, cayó el resto de su banda, que se dedicaba a robar establecimientos empotrando un vehículo contra la puerta. En total, se detuvo a siete personas, a las que se les imputaron sesenta y cuatro hechos delictivos. El ahora apresado, lejos de cambiar entonces de profesión, volvió a las andadas con otros delincuentes a los que fichaba para los asaltos. Según datos policiales, en estos meses ha llegado a cometer 27 hechos delictivos, concretamente diez robos con fuerza, once sustracciones de vehículos, tres delitos contra la seguridad vial, uno de daños, otro de atentado agente a la autoridad, y hasta de violencia de género. Además tenía pendientes dos reclamaciones judiciales. "A pesar de su juventud, conoce muy bien el oficio y es considerado uno de los más violentos 'aluniceros' que actuaban en la capital", señalaron desde la Jefatura Superior. Así, relataron que una vez escogido el establecimiento, la banda sustraía un vehículo de gran cilindrada que dejaban perfectamente aparcado la noche anterior al golpe. Los objetivos de los robos solían ser concesionarios de coches, centros de ocio o estaciones de servicio, lo que les permitía tener las llaves originales de los locales. Ya el día del asalto, usaban el coche para huir de la policía o para escapar con el material robado. A Ricardo G. J. le constan un total de 30 antecedentes policiales y en el registro posterior de su domicilio los agentes pudieron intervenir varias llaves de vehículos de alta gama que habían sido sustraídos, así como otros efectos de los alunizajes perpetrados, entre ellos, una cámara de fotos, una PDA y un teléfono móvil.

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