Los testigos del 'caso Luisito' ratifican que su agresor le disparó tras decirle que no vendía droga

  • 'El asesino pegó un tiro al chico equivocado', declara una de las amigas de la víctima

"El asesino pegó un tiro al chico equivocado", declara una de las amigas de la víctima MADRID, 30 (EUROPA PRESS) Las amigas de Luis Carlos Polanco, el joven dominicano que falleció de dos tiros en la nuca el pasado 20 de marzo en el distrito de Tetuán, ratificaron hoy ante el juez que instruye el caso que el presunto asesino, José Luis Trejo Cozar, disparó a Luisito, como le conocen sus allegados, después de que éste le insistiera en que no vendía droga. "Se quedó en una esquina mirando como se moría", sostuvo una de las chicas. El juez Javier Pérez interrogó a tres jóvenes que presenciaron el asesinato para conocer las circunstancias que rodearon el crimen. Según su testimonio, Trejo Cozar merodeó por el barrio desde las 18.00 horas. En varias ocasiones, se dirigió a la víctima para pedirle cocaína, a lo que éste le insistió varias veces que no vendía nada. Los dominicanos que se encontraban en la zona pensaron que se trataba de un policía, por lo que muchos se fueron por miedo a que les pidiera la documentación. Al salir de un bar, alrededor de las 21.30 horas, el presunto asesino comenzó a seguir a Polanco, quien se junto en la calle Topete con un grupo de conocidos, en su mayoría mujeres. "Un hombre se acercó al grupo, sacó una pistola y le disparó. Cogió algo del suelo --posiblemente los casquillos de la bala-- y se quedó en una esquina mirando como moría", contó a los periodistas Catherine Lisbert, de 23 años, momentos antes de testificar. "El asesino pegó un tiro al chico equivocado", añadió. La defensa de Trejo Cozar ha aportado ya un informe médico que acredita que su cliente sufre esquizofrenia paranoide. Según el letrado, el presunto asesino sufrió una depresión después de que muriera su padre y se divorciara de su mujer. A raíz de esto, inició un tratamiento psicológico que interrumpió en 2006.MÁS SEGURO ARMADO El pasado miércoles, el asesino confeso declaró ante el juez que cuando se encontraba en la calle Topete, donde había ido a "buscar droga", escuchó un ruido a sus espaldas y decidió disparar sin más contra la persona que tenía detrás. En su declaración, Trejo Cozar ratificó la versión ofrecida ante la juez de guardia, quien decretó su ingreso en prisión --ratificada por el juez instructor--. Según contó, la tarde del 20 de marzo salió de su casa, en la calle Castilla, para buscar cocaína, de la que era "consumidor ocasional". Estuvo varias horas merodeando por la zona. En un momento determinado, se topó con dos individuos sospechosos y decidió regresar a su domicilio para coger una de sus dos armas para sentirse "más seguro". El agresor tenía un arma reglamentaria con motivo de su trabajo como vigilante de seguridad y otra con licencia de tiro deportivo. Ésta última fue la elegida para salir a la calle. Así, se dirigió a Bravo Murrillo y a la altura de la confluencia de la calle Topete con Carnicer, escuchó un ruido a sus espaldas. Entonces, cargó el arma y disparó sin más. Según su versión, no conocía "en absoluto" a su víctima.

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