No es la primera víctima de Violencia de Género, era Mariana Carmen Radu

  • Su asesinato a manos de un cobarde deja un vacío imposible de llenar en su familia.

    Llevaba viviendo en España 15 años y trabajaba en un 'call center', logrando que su hijo fuera a la universidad. 

No es la primera víctima de Violencia de Género, era Mariana Carmen Radu
No es la primera víctima de Violencia de Género, era Mariana Carmen Radu

La localidad rumana de Namoloasa, en Galati, está cerca de la frontera con Moldavia. En esta villa de poco más de 2.800 habitantes había nacido hace 43 años Mariana Carmen Radu. Allí todavía hoy lloran su asesinato en Madrid el 4 de enero de 2016, a manos del cobarde que se hacía llamar su novio.

Pero Carmen, como la llamaban, es mucho más que una primera cifra de dolor. Era hija, madre y hermana, una persona imprescindible para muchos, a quien la cobardía de uno ha arrebatado para siempre.

Y para hacer más dolorosa la pérdida, la falta de respeto de las autoridades consulares hizo que sus seres queridos no fueran informados debidamente del asesinato de Carmen, y terminaran conociendo su muerte de la forma más brutal posible.

A pesar de que el Ayuntamiento de Madrid decretó tres días de luto oficial por el crimen, su hijo Alexander no se enteró hasta el 29 de enero del asesinato de su madre, y lo hizo a través de un mensaje en Facebook de una hermana del asesino confeso.

Carmen llevaba quince años viviendo en España, y residía en un piso del madrileño barrio de hortaleza. Trabajaba en un call center, y nunca dejó de enviar dinero a su familia en Namoloasa durante 10 años.

Nadie olvidará cómo ella logró que su hijo Alexander lograse ir a la universidad, donde estudia Medicina, todo lo que hizo por su madre Llinca, a la que no consiguen consolar.

Pero si hay alguien indignado con el asesino ese es Radu Eduard Gabriel, hermano de Carmen, que fue quien tuvo que hacer el penoso viaje a España tras recaudar 4.000 euros entre sus seres queridos para recoger sus restos mortales y llevarlos a enterrar a la tierra que la vio nacer.

Para él no hay excusa a la falta de respeto de las autoridades que no les avisaron del crimen y por encima de todo nadie consigue frenar su ira contra el cobarde que le arrebató a su hermana.

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