Conoce al presidente que prefiere poner a su país al borde de una guerra internacional a reconocer una derrota

  • El presidente de Costa de Marfil no está dispuesto a abandonar su cargo de la noche a la mañana, a pesar de haber perdido las elecciones. Cuando estaba a punto de desatarse una guerra con los países vecinos que le presionan, ha cedido para negociar. Pero su opositor no está dispuesto. ¿Qué mueve a Laurent Gbagbo? ¿Se está convirtiendo en un nuevo dictador o ya lo era?

Laurent Gbagbo, presidente de Costa de Marfil en funciones
Laurent Gbagbo, presidente de Costa de Marfil en funciones
Efe

Decía que no, que no se iba. Ni aunque los países vecinos le amenazsen con una intervención por la fuerza desde fuera. Laurent Gbagbo lleva gobernando Costa de Marfil desde el año 2000, pero las elecciones que perdió hace un mes (46% frente 54% de Alassane Ouattara) deberían haberse celebrado hace ya cinco años. Todo ese tiempo ha estado dirigiendo un país dividido entre Norte y Sur, con milicias por un lado y otro, tratando de imponer su poder.

La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) le ha advertido que si no abandona su puesto, tendrá que emplear las armas. Pero Gbagbo parecía no haberse inmutado ante el ultimátum.

Al investigador experto en África de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior, Olaridan Bello, no le sorprende. "Es un intelectual inclinado hacia la extrema izquierda que ve el poder político de una forma muy instrumental en la que el fin justifica los medios. Además, es insensible a lo que digan otros", opina.

Diez años presidente, cinco sin ser elegido

Gbagbo llegó a la presidencia en octubre de 2000, tras las primeras elecciones democráticas en su país superando un golpe de Estado cometido un año antes. Pero Costa de Marfil está prácticamente partida por la mitad desde la guerra civil que enfrentó a Norte y Sur de 2002 a 2007. "No debemos olvidar que Gbagbo tiene un apoyo considerable en el Sur, especialmente de las milicias [de ese lado]", subraya Bello. "Ganó la primera vuelta con un gran margen".

Sin embargo, Gbagbo llevaba cinco años gobernando sin que se celebrasen unos nuevos comicios (las legislaturas en Costa de Marfil son de cinco años). Además, el Tribunal Constitucional de Costa de Marfil tiene la última palabra para decidir quién gana. "Y Gbagbo se aseguró de nombrar [para esta corte] a uno de sus aliados más cercanos", asegura el analista político.

Conflicto constanteen Costa de Marfil

Por otra parte, también hay que reconocer que los enfrentamientos entre un bando y otro no cesaron tras el fin oficial de la guerra civil. Ahora el país está a un tris de tener, además de una guerra civil en la práctica, también un conflicto bélico con los estados vecinos.

Para evitarlo, finalmente Gbagbo ha dado su brazo a torcer, ligeramente. 24 horas después de recibir el ultimátum de guerra de los países vecinos, se ha mostrado dispuesto a encontrar una "salida pacífica"a la crisis política. Pero Ouattara ha respondido que lo que tiene que hacer es irse.

De defensor de la democracia a autócrata

Nacido hacia el fin de la Segunda Guerra Mundial, el 31 de mayo de 1945, vivió la conversión de su país de una colonia francesa en un estado independiente en el año 60. Pero el gobierno que vino después en Costa de Marfil fue el de un único partido político vigente.

Gbagbo llegó a estar encarcelado en instalaciones militares por actividades de "insurrección" contra el régimen derechista de la época. Poco después fundó junto a otros opositores el Frente Popular Marfileño, de "línea socialista y decididamente democrática" según la biografía de Gbagbo editada por el Centro de Estudios y Documentación Internacionales de Barcelona (CIDOB).

Acabó huyendo a Francia, quien le llegó a conceder el estatus de "refugiado político" a mediados de los años 80. Ahora la UE le ha vetado el acceso a sus países miembros por "obstruir el proceso de paz y reconciliación nacional".

Pero ese idealismo parece olvidado hace tiempo. Gbagbo no se está convirtiendo ahora en un dictador, sino que ya lo era hace tiempo, en opinión de Bello, porque estaba gobernando sin consentimiento. Aunque indica que no hay que perder de vista que "el entorno político tampoco permite desarrollar una política en condiciones".

Historiador convertido en protagonista

Debido al enfrentamiento que continúa entre las milicias de un bando y otro, no existe una ley única, explica el experto africanista.

Los defensores de Gbagbo, de hecho, insisten en que gracias a él pueden encontrar la estabilidad y la seguridad en un estado que lleva tres años funcionando con un sistema de poder compartido (obligado para encontrar la paz), por el que el presidente (hasta ahora Gbagbo) debe gobernar junto a un primer ministro, Guillaume Soro, que es miembro de unos rebeldes conocidos como Nuevas Fuerzas.

Lo cierto, es que la inestabilidad política define la realidad de Costa de Marfil desde hace más de una década, antes de que llegara al poder el presidente que no renuncia a su cargo. Gbagbo es licenciado en Historia, aunque durante un tiempo estudió también Humanidades en Francia. Más tarde enseñó Geografía e Historia como profesor en su país. Ahora marcará la historia de su país.

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