Canadá y Quebec viven el referendo escocés como un asunto de familia

  • En Canadá y Quebec, que en dos ocasiones ha celebrado referendos independentistas, se espera con especial interés el resultado de la votación del próximo 18 de septiembre que decidirá el futuro de Escocia en el Reino Unido.

Julio César Rivas

Toronto (Canadá), 16 sep.- En Canadá y Quebec, que en dos ocasiones ha celebrado referendos independentistas, se espera con especial interés el resultado de la votación del próximo 18 de septiembre que decidirá el futuro de Escocia en el Reino Unido.

Además, más del 10 % de los 35 millones de canadienses se proclama de origen escocés y dos antiguos primeros ministros del país, incluido el primer jefe de Gobierno de Canadá, John Macdonald, nacieron en el territorio británico.

En este contexto no es de extrañar que el referendo independentista escocés esté siendo seguido con especial interés en Canadá, con ambos lados de la discusión claramente definidos.

Por un lado, los soberanistas quebequeses han dejado claro su apoyo por la independencia de Escocia y que la victoria del sí en el referéndum será una inspiración para ellos.

Por otro, los federalistas, encabezados por el Gobierno canadiense, han expresado su rotundo rechazo a la ruptura del Reino Unido.

"Nosotros pensamos, desde una perspectiva canadiense, que un Reino Unido fuerte y unido es una fuerza abrumadoramente positiva en el mundo", declaró el primer ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, cuando visitó Londres a principios de septiembre.

"No hay nada en la división de estos países que sirva al interés global o sinceramente a los intereses de la gente en esos países", añadió Harper en referencia al Reino Unido y Canadá.

El ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, John Baird, se expresó de forma similar.

"Creemos que es mejor que el Reino Unido siga unido ya que ha edificado una de las mejores sociedades en la historia del mundo. Es un gran amigo y socio. Creemos que lo mejor es que sigan unidos", declaró Baird a una televisión local.

La visión es muy distinta entre los soberanistas quebequeses.

Una delegación de la Société Sain-Jean-Baptiste de Montreal, la principal institución independentista de Quebec, encabezada por su presidente, Maxime Laporte, estará en Escocia el día de la votación para ofrecer su "apoyo" a los independentistas escoceses.

Y tres parlamentarios provinciales del soberanista Partido Quebequés (PQ) también viajarán a Escocia para expresar su apoyo por los independentistas y presenciar de primera mano "un momento histórico".

Otros independentistas quebequeses, como el líder del pequeño Option Nationale (ON), Sol Zanetti, no ha dudado en recurrir a YouTube para aconsejar, con ironía, a los escoceses a la vista de la experiencia de Quebec y sus dos referendos que los soberanistas perdieron.

Zanetti explica que, como en el caso de Escocia, Quebec recibió múltiples promesas por parte de Ottawa a medida que el día de la votación se acercaba y las encuestas apuntaban a una posible victoria independentista.

"Se nos prometió tanto, especialmente justo antes del voto. Dinero, más poderes y, oh, cuántas veces nos dijeron que nos querían. Incluso hubo un desfile", ironiza Zanetti en referencia a la manifestación masiva que los federalistas celebraron poco antes de la votación.

Según Zanetti, todo cambio tras la ajustada victoria de los federalistas.

"Perdimos nuestro poder de veto, los fondos para la sanidad no han mantenido el ritmo de las demandas, los fondos para educación están atascados en conflictos administrativos, se invierten elevadas sumas en el Ejército contra nuestros intereses estratégicos, nuestro dinero se gasta fuera de nuestras fronteras".

Pero Zanetti no puede evitar recordar que Quebec perdió su independencia y pasó a ser controlada por el Reino Unido en una batalla en 1759 en la que los franceses fueron derrotados por un regimiento escocés.

"Hoy los quebequeses no tienen problemas con los escoceses. Pero, esperamos que en el futuro, elijáis vuestras propias batallas y os ocupéis de vuestros asuntos", concluye Zanetti.

Mostrar comentarios