La crisis económica desata una ola de protestas por Cisjordania

  • El deterioro de la economía palestina en el último año y la carestía de la vida han comenzado a generar las primeras protestas sociales en Cisjordania, donde el presidente Mahmud Abás afronta un grave déficit.

Elías L. Benarroch

Jerusalén, 7 sep.- El deterioro de la economía palestina en el último año y la carestía de la vida han comenzado a generar las primeras protestas sociales en Cisjordania, donde el presidente Mahmud Abás afronta un grave déficit.

"La situación es muy explosiva", advirtió hoy a Efe Fayez Saqqa, diputado del partido Al-Fatah por el distrito de Belén, donde ayer, jueves, por la noche tuvieron lugar las últimas protestas.

Grupos de jóvenes, "no espectacular en número pero que desde luego alteran la rutina", en palabras del parlamentario, cortaron la circulación en varias calles mediante retenes de piedras y causaron daños a la propiedad pública.

Imágenes parecidas a las que se vieron por primera vez el miércoles en Nablus, donde cientos de personas marcharon por las calles del centro pidiendo la dimisión del primer ministro Salam Fayad.

Entre sus demandas estaban la reducción de precios y la de incrementar las ayudas sociales a los necesitados.

"Ya basta. Queremos un gobierno que viva en las condiciones en las que vive el pueblo, que coma lo que come el pueblo come", dijo Khalid, uno de los participantes, en declaraciones a la agencia palestina Maan.

Ese mismo día, en Ramala, un padre y su hija trataron de prenderse fuego a lo bonzo en una recreación del caso de Mohamed Buazizi en Túnez hace más de año y medio, suceso que dio pie a la ola de revueltas por todo el mundo árabe.

A pesar de sacudir toda la región, la "Primavera árabe" no afectó entonces el territorio de Cisjordania, gobernado por el movimiento nacionalista Al Fatah, ni al de Gaza, en manos del islamista Hamás, si bien la cada vez más insoportable crisis económica amenaza con echar atrás la rueda.

En una reunión de la Liga Arabe esta semana en El Cairo, el presidente palestino dijo que "la Primavera palestina" había comenzado, expresión que algunos comentaristas interpretaron como un intento de abrazar las protestas.

"Es prematuro hacer comparaciones, no hay duda que las protestas, sean aquí, en España, o en el mundo árabe expresan una inconformismo como la situación económica y social, pero no creo que se pueda comparar con ninguno de esos casos", explicó Saqqa.

Para el diputado, "en Palestina se da una mezcla muy explosiva por la desesperación que genera la falta de un horizonte político" en la aspiración a un estado, "las graves consecuencias de la ocupación" israelí, y la situación económica.

"El detonante es desde luego la cuestión económica", subraya al adelantar que "entre hoy y mañana Abás hará una declaración para explicar la situación y las medidas que se tomarán para aliviar el sufrimiento de la gente".

Las protestas las originó la reciente subida del 5% en el precio de la gasolina, que ha arrastrado detrás a otros productos básicos.

Entre el miércoles y el jueves cientos de taxistas cortaron el tráfico en Ramala, Nablus, Hebrón y Belén para exigir que se les permita subir sus tarifas, y en Tulkarem muchos conductores aparcaron sus vehículos para salir a protestar a lomos de un burro.

Frente a las demandas, el gobierno de Fayad se ve atados de pies y manos por la caída en la recaudación fiscal y el incumplimiento por varios países de las promesas de donación que hicieron el año pasado a Ramala.

La ANP contaba para este año con 1.100 millones de dólares de ayuda internacional, pero los países del Golfo Pérsico no han enviado el dinero y le han causado un agujero de 350 millones.

Los sueldos de agosto dependen ahora de 200 millones de dólares que EEUU debe transferir a los palestinos.

Fayad también explicó que desde 2007, cuando Hamás se hizo con el poder, Gaza supone un lastre económico porque los ingresos de impuestos de esa región se han reducido del 28 al 4%, pero consume el 48% del presupuesto de la ANP.

También golpeada por la falta de liquidez y por la imposibilidad de desarrollarse económicamente por el bloqueo de Israel al régimen islamista, la franja sufre igualmente los embates de la crisis, pero no ha sido testigo de manifestaciones callejeras, más allá de un intento de suicidio a lo bonzo.

"Allí las libertades no están garantizadas como en Cisjordania y cualquier que salga a la calle puede toparse con la represalia de las milicias de Hamás", sostuvo Saqqa.

El parlamentario cree que la solución a los problemas de la ANP pasa por una "inyección económica por los países que están interesados en que esto no salte por los aires".

Mostrar comentarios