Candidatos republicanos ansían reducir duelo, pero el camino a Tampa es largo

  • Los precandidatos presidenciales republicanos de EE.UU. Mitt Romney y Rick Santorum han dejado en claro que quieren reducir a dos el número de aspirantes en la contienda pero, si la tradición sirve de guía, el sendero hacia la convención de su partido en Tampa (Florida) en agosto será largo y tortuoso.

María Peña

Washington, 8 mar.- Los precandidatos presidenciales republicanos de EE.UU. Mitt Romney y Rick Santorum han dejado en claro que quieren reducir a dos el número de aspirantes en la contienda pero, si la tradición sirve de guía, el sendero hacia la convención de su partido en Tampa (Florida) en agosto será largo y tortuoso.

Romney celebra aún su victoria del martes pasado en las primarias y "caucus" (asambleas populares) en seis de diez estados, entre éstos el estado clave de Ohio, sobre todo porque ahora cuenta con aproximadamente 415 delegados para la convención en Tampa, en la que se designará al candidato presidencial del partido.

Santorum, su rival más cercano, totaliza 176, mientras que Newt Gingrich y Ron Paul tienen 105 y 47 delegados, respectivamente.

La cifra mágica para alzarse con la candidatura presidencial del Partido Republicano es 1.144 y Romney claramente sigue aventajando a sus rivales en dinero y organización.

Aunque la aritmética lo favorece, las victorias que puedan arañar Santorum o Gingrich en las siguientes citas electorales -el sábado en Kansas y el martes próximo en Alabama, Hawai y Misisipi-, pueden complicar la estrategia a Romney.

Su campaña busca persuadir a sus rivales a que abandonen ya la contienda, si bien las encuestas siguen apuntando al débil entusiasmo con el exgobernador de Massachusetts.

Larry Sabato, analista político y director del Centro para Políticas de la Universidad de Virginia, sentenció hoy que ante la ausencia del "nocaut" de Romney el martes pasado, la contienda podría prolongarse hasta el próximo 26 de junio, cuando termine la temporada de primarias.

"Todavía hay mucha resistencia a Mitt Romney y, por lo tanto, mucho apoyo hacia los otros candidatos, en particular Rick Santorum", exsenador de Pensilvania, señaló Sabato en su página web.

"Quizá es que los republicanos están intentando enviar un mensaje a Romney, obligándolo a aguantar estas batallas semanales porque no creen que él verdaderamente cree en sus principios conservadores. Están tratando de machacárselos", aventuró el experto.

La convención nacional republicana se llevará a cabo la semana del 27 de agosto próximo y, según Sabato, el gran reto de Romney, un millonario y heredero de una dinastía política en Michigan, sigue siendo "conectarse" con el pueblo.

Por ahora, analistas como Sabato recuerdan en los programas de televisión casi como un mantra, que la contienda por la candidatura presidencial demócrata en 2008 entre Barack Obama y Hillary Clinton no se definió sino hasta en junio de ese año.

No obstante, para la maquinaria republicana, queda en el aire la advertencia de que si Romney no consigue amarrar, y pronto, la candidatura, su partido podría asistir a una situación similar a la que vivió en 1976, que enfrentó duramente a Gerald Ford y Ronald Reagan.

El desgaste de esa contienda fue tal que, según el consenso de la clase política, éste contribuyó a la derrota del presidente Ford frente al demócrata Jimmy Carter (1977-1981).

No es una lección que, 36 años más tarde, escape a los estrategas de Romney, perseguido por la imagen de "desconectado" del ciudadano de a pie, o Santorum, que se "vende" como la alternativa "antiRomney" más viable.

"Estoy centrado en mi mensaje y en lo que creo que es lo mejor para el país", dijo hoy Santorum en declaraciones a la cadena CNN, dos días después de ganar en Tennessee, Oklahoma y Dakota del Norte.

Horas antes, en un mitin en Alabama, Santorum pidió la ayuda de los votantes para definir de una vez la candidatura porque "cuando sea una carrera de dos...el conservadurismo ganará".

Tanto Santorum como Gingrich tienen el gatillo en la geografía sureña de EE.UU., calculando que su pureza ideológica podrá persuadir a los indecisos.

Gingrich, que sólo ha ganado en Carolina del Sur y en Georgia, el estado que representó en el Congreso durante 20 años, ha dejado en claro que seguirá la carrera hasta Tampa con sólo "el poder de sus ideas".

Desde 1964, la "regla de oro" ha sido que el candidato que se alza primero con la candidatura de su partido gana también en los comicios generales. La notable excepción fue 2008, cuando Obama consiguió la candidatura tres meses después de su rival republicano, John McCain, pero ganó la Presidencia.

La lógica es que, al eliminar a sus rivales, el candidato puede unir al partido y prepararse para noviembre. Si 2012 marca una nueva realidad política y ésta ayuda o perjudica a los candidatos, está por verse.

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