La tensión política lastró hasta un 20% el turismo en Cataluña a finales de 2017

  • El Ayuntamiento de Barcelona constata la menor actividad, pero asegura que la ciudad se ha recuperado más rápido que otras urbes tras los atentados 
Imagen de turistas en Barcelona
Imagen de turistas en Barcelona

La inestabilidad política en Cataluña se cebó con el turismo el año pasado, tanto es así que el aumento de la incertidumbre a partir de octubre supuso una caída de la actividad del 20% en el último trimestre del ejercicio. El cálculo lo ha difundido hoy la Organización Mundial del Turismo (OMT). El Gobierno estima que la llegada de viajeros procedentes de otros países descendió un 7% solo en octubre y noviembre. No es de extrañar que el sector haya mostrado abiertamente su preocupación: según Exceltur el turismo  catalán podría perder hasta 1.800 millones de euros.

En concreto, el nuevo secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, asegura que la crisis política se tradujo en una caída del turismo de entre el 15 y el 20% de octubre a diciembre. En su primera intervención pública como secretario general de la organización, cargo que ocupa desde el pasado 1 de enero, Pololikashvili se ha mostrado, no obstante, optimista de cara a la recuperación del turismo catalán durante el presente ejercicio, una vez que se resuelvan las tensiones. 

Por su parte, la secretaria de Estado de Turismo, Matilde Asían, asegura que la inestabilidad política que atraviesa Cataluña ha tenido su impacto negativo en la llegada de turistas internacionales a la región, con caídas del 4,7% en octubre y del 2,3% en noviembre, frente al crecimiento en el resto de España.

Asían se ha mostrado especialmente preocupada por la evolución del turismo de congresos y convenciones en Cataluña por la importancia que tiene el destino, sobre todo Barcelona, en este segmento turístico.

Barcelona trata de mantenerse en pie 

Pese a todo, el turismo en la ciudad Condal creció un 3,2% entre enero y noviembre de 2017. El equipo de gobierno municipal de Ada Colau ha hecho público su balance de la evolución de la actividad turística en el que se constata que la ciudad ralentizó su crecimiento turístico el año pasado, si bien ha superado más rápido que otras urbes europeas el impacto de los atentados terroristas.

En total, los hoteles y apartamentos de Barcelona recibieron 7.148.177 de turistas hasta noviembre, mes en el que la afluencia de visitantes disminuyó el 5,3% respecto al mismo periodo de 2016 y se situó en los 539.296 turistas.

Para el consistorio, el efecto del contexto social y político desde el verano y, sobre todo, en agosto y octubre, ha moderado el crecimiento del turismo en Barcelona respecto a 2016, año en el que esta actividad económica registró "récords absolutos".

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