Los exconsellers por fin han podido escuchar misa en prisión

  • Junqueras, Turull y Rull asistieron a los oficios religiosos después de varias semanas en las que no habían podido acudir por "razones de seguridad"
Fotografía de exconsejeros del Govern llegando a la Audiencia Nacional
Fotografía de exconsejeros del Govern llegando a la Audiencia Nacional
EFE

Tres de los exaltos cargos del Govern encarcelado son católicos practicantes. Cuando se encontraban en libertad solían acudir a misa tanto los fines de semana como las fiestas de guardar. No se ocultaban, además, de sus creencias religiosas. Así, cuando ingresaron en prisión solicitaron poder acudir a la Santa Misa los domingos, pero la dirección del Centro Penitenciario de Estremera no accedió a esa petición... hasta el pasado fin de semana.

Oriol Junqueras, Jordi Turull y Josep Rull. Los tres manifestaron a los funcionarios de Estremera su deseo de poder acudir a la capilla de la prisión para escuchar misa el domingo. No querían perderse unos oficios religiosos que para ellos son importantes. Pero el primer fin de semana entre rejas llegó y la dirección del centro penitenciario no les pudo trasladar hasta la capilla argumentando "razones de seguridad".

Hubo queja, ya que no entendían tal decisión ante una cuestión tan personal como es acudir a misa. Pero la prisión no cedió ya que, según su planteamiento, hubiera supuesto trasladar a los tres altos cargos del Govern hasta la capilla por diferentes módulos. Y no quería encontronazos con otros reclusos. 

Lo mismo ocurrió el segundo fin de semana, el 11 y 12 de noviembre: la dirección del centro penitenciario no les concedió ese permiso y Junqueras, Rull y Turull se quedaron sin asistir a la capilla

Sin embargo, el pasado fin de semana ha sido el primero en el que el exvicepresidente y los dos exconsellers han podido ir a misa. El acto fue oficiado por el capellán de la prisión, un joven sacerdote perteneciente a la diócesis de Alcalá de Henares, que se encuentra volcado con todos los internos y que quiso que los tres reclusos catalanes pudieran tener ese derecho  a la asistencia religiosa.

Este capellán, precisamente, no tiene un trabajo nada fácil ya que la cárcel de Estremera está considerada la más peligrosa de España. En los últimos seis años suma el mayor número de agresiones a funcionarios: 124, según los datos oficiales del Ministerio del Interior. La prisión tiene 1.214 celdas en 16 módulos que pueden acoger hasta a 1.500 internos. Costó 100 millones de euros y ocupa 91.761 metros cuadrados.

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