¿Y si hay un pacto bajo cuerda de Rajoy y Puigdemont para que ambos ganen?

  • La aplicación del artículo 155 y la convocatoria de elecciones han sido medidas que favorecen tanto al Gobierno central como a Puigdemont y los suyos.
Rajoy aprieta el botón del 155 ante el nuevo órdago de Puigdemont
Rajoy aprieta el botón del 155 ante el nuevo órdago de Puigdemont

La decisión de Mariano Rajoy de poner en marcha un artículo 155 duro y de disolver el Parlament para convocar elecciones el próximo 21 de diciembre ha dado paso a una serie de comentarios sobre cómo y por qué el Gobierno adoptó esas drásticas medidas. De hecho, en algún sector del PP circula la teoría de que nada se ha dejado al albur y de que todo forma parte de un pacto bajo cuerda entre ambas partes. La suposición cuadra a la vista de los acontecimientos. 

En primer lugar, siempre según esta tesis que manejan en algún entorno del partido en el Gobierno, hay que tener en cuenta por qué Rajoy ha aplicado un 155 duro. Ciudadanos venía presionando y reclamando la puesta en marcha de este artículo y en la cúpula de Génova empezaron a ver síntomas de preocupación: detectaron una fuga de votantes del PP hacia la formación naranja y, además, en el seno del partido empezaron a reclamar a Moncloa un movimiento contundente para frenar a los independentistas. En definitiva, con la aplicación del 155, Rajoy frena el ruido interno en su contra y aplaca a los que le acusaban de ser temeroso y de no tomar decisiones.

En el PP tampoco ha pasado inadvertido que Rajoy haya adelantado elecciones para el 21 de diciembre cuando dijo, apenas una semana antes, que esos comicios solo deberían celebrarse en un clima de tranquilidad. ¿Por qué las convoca lo antes posible?, se preguntan en estos sectores. 

La respuesta que ofrecen es que con la decisión de convocar comicios el 21-D Rajoy ofrece a Puigdemont una salida. Es decir, cuando el expresidente de la Generalitat planteó la posibilidad de celebrar unas elecciones, la respuesta del soberanismo fue de acusarle de traidor y de haberse vendido por "155 monedas de plata", como llegó a decir Gabriel Rufián. Rajoy, por tanto, ha salvado a Puigdemont de un buen lío siendo él quien ha disuelto el Parlament y convocado las autonómicas.

Respecto al futuro de Puigdemont, en el PP dudan de que vaya a prosperar una querella contra él por un supuesto delito de rebelión, ya que para ello sería necesario la aparición de violencia y él en todo momento ha llamado a ejercer una respuesta democrática. ¿Y una querella por usurpación de funciones? En ningún momento él ha afirmado que vaya a continuar en su cargo ni a seguir ocupando su despacho. Habrá que esperar, en cualquier caso, a la decisión de la Fiscalía General del Estado este mismo lunes.

Con la decisión del Gobierno sobre Cataluña también ha salido ganando Oriol Junqueras. En unas nuevas elecciones, ERC sería la fuerza mayoritaria superando los 40 escaños, un resultado histórico para la formación, que pasaría a tomar las riendas del bloque independentista. A la vez se quitaría de en medio a ese sector del PDeCAT que proviene del antiguo pujolismo y que no termina de apostar abiertamente por la independencia unilateral. Es la llamada 'vía Santi Vila'.

Otros beneficiados son PSOE y Ciudadanos. Los socialistas consiguen que el Gobierno ceda ante algunas presiones, como por ejemplo renunciar al control de los medios de comunicación públicos, algo que en Ferraz ha sido vendido como una victoria. Y la formación naranja consigue cuadrar su discurso, destacando que ellos fueron quienes dijeron hace semanas que había que aplicar el 155 sí o sí.

Todas estas circunstancias llevan a pensar que ha existido algún tipo de acuerdo bajo cuerda para que todos salgan ganando. Y es que puede darse la circunstancia de que no haya ningún perdedor hasta, al menos, las elecciones del 21 de diciembre donde todo se jugará a cara o cruz: secesionsitas contra bloque constitucionalista.

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