El plenario de la ANP, encuentro del que saldrán los nuevos líderes de China

  • Los delegados de la Asamblea Nacional Popular de China (ANP, máximo órgano legislativo) se preparan hoy en Pekín para la celebración del plenario anual del organismo, una reunión crucial este año que designará al nuevo presidente, primer ministro y Gabinete del país más poblado del planeta.

Pekín, 2 mar.- Los delegados de la Asamblea Nacional Popular de China (ANP, máximo órgano legislativo) se preparan hoy en Pekín para la celebración del plenario anual del organismo, una reunión crucial este año que designará al nuevo presidente, primer ministro y Gabinete del país más poblado del planeta.

A partir del 5 de marzo y durante dos semanas (la fecha de clausura no está fijada de antemano) los 2.987 delegados deberán debatir y dar el visto bueno a los futuros líderes del Estado y el Gobierno, aunque muchos de esos cargos ya están prácticamente decididos desde el XVIII Congreso del Partido Comunista (PCCh).

Las reuniones de la ANP se celebrarán en la misma sede de ese congreso el pasado noviembre: el Gran Palacio del Pueblo.

Los delegados, elegidos a través de un sistema escalonado de circunscripciones para un periodo de cinco años, pertenecen en su mayoría al PCCh, que domina más de dos tercios de los escaños. Otros ocho partidos, afines al régimen, completan el Hemiciclo.

El plenario de la ANP se celebra simultáneamente, y comparte escenario, con la sesión anual de la Conferencia Consultiva Política (CCPPCh, equivalente salvando las distancias a una Cámara Alta), que se inaugura el domingo, por lo que en China a estas semanas de debates se las llama popularmente "lianghui" ("las dos reuniones").

Las "lianghui" se celebran cada mes de marzo, y son el encuentro político más importante del año en China.

En esta ocasión también se puede decir que son la cita más importante de la década, ya que en ella se ratificará el cambio de prácticamente toda la cúpula ejecutiva, legislativa, consultiva y judicial del gigante asiático.

En primer lugar, la ANP debe votar sobre el nuevo presidente de China, un cargo que será para Xi Jinping, secretario general del PCCh desde noviembre del pasado año.

El Legislativo también elige al nuevo vicepresidente (puesto que el propio Xi dejará vacante), un cargo para el que sí hay algo de emoción, ya que suenan dos candidatos: Li Yuanchao, que en el XVIII Congreso dejó el influyente cargo de secretario de Organización del PCCh, y Li Yunshan, jefe del Secretariado de la formación.

Tras estos dos nombramientos, el nuevo presidente elegirá a un primer ministro en sustitución de Wen Jiabao, otro cargo sobre el que no hay dudas: será para el aún viceprimer ministro Li Keqiang, "número dos" del PCCh desde el XVIII Congreso.

A continuación, Li designa a sus viceprimeros ministros, consejeros de Estado y ministros, que deberán ser aprobados por la ANP, completando así el primer gran relevo en el Estado y el Gobierno de China desde 2003.

La ANP también renovará la cabeza del Tribunal Supremo y la Fiscalía General, además de nombrar un nuevo presidente para el propio órgano legislativo, un cargo que dejará Wu Bangguo y que salvo sorpresa será asumido por el "número tres" del PCCh desde hace tres meses, Zhang Dejiang.

Para los observadores, la ANP es un órgano totalmente controlado por el PCCh, a falta de una división de poderes real, y su único papel es el de dar un decorado de legitimidad a las decisiones del Estado-Partido, aunque sí se le puede admitir cierta relevancia en la discusión final de legislaciones y políticas estatales.

En la sesión anual, los delegados de la ANP y de la CCPPCh (estos elegidos en muchos casos con carácter honorífico entre celebridades de la cultura, la ciencia, el mundo empresarial o el deporte) presentan propuestas de legislación, debaten las elaboradas de antemano o las aprueban en las sesiones finales, si hay consenso.

En el intrincado sistema político chino, no democrático pero en el que cualquier paso legislativo o ejecutivo debe darse sólo si no hay voces en su contra en la cúpula, es muy raro que una votación de una ley en la ANP se apruebe con menos del 90 por ciento de los votos.

Este año, los cambios de líderes eclipsarán en buena parte la elaboración de nuevas leyes y políticas nacionales, aunque sí se sabe que en la ANP se debatirán cambios de estructura moderados en el sistema de gobierno, tales como dar mayor poder a competencias como la seguridad alimentaria o las políticas marítimas.

Un 23 por ciento de los delegados son mujeres, y un 14 por ciento representan a las minorías étnicas del país.

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