Ataque a un convoy de turistas extranjeros en el oeste de Afganistán

Varios turistas extranjeros, cuya nacionalidad no fue precisada, resultaron heridos el jueves por un disparo de cohete contra su vehículo en el oeste de Afganistán, entre las ciudades históricas de Bamyan y Herat.

Las fuentes oficiales consultadas por la AFP señalaron a los talibanes como los autores de esta emboscada.

"Cinco turistas extranjeros y su conductor [afgano] fueron heridos en una emboscada tendida por talibanes" en la carretera que une la provincia de Bamyan con la de Herat, según un portavoz del ejército, Najibula Najibi.

"Su vehículo fue alcanzado de lleno por un disparo de cohete de los talibanes; se ha podido sacar a los cinco turistas y están heridos leves. Están siendo trasladados a Herat", precisó el portavoz.

Según el portavoz del gobernador de Herat, Jilani Farhad, los turistas viajaban en un convoy bajo la protección del ejército afgano, que reaccionó a la emboscada. "Varios talibanes murieron", aseguró.

Por el momento, los talibanes no han reivindicado el ataque.

El asalto se produjo en el distrito de Chisht-e-Sharif, en la zona montañosa y aislada de Ghor (centro), entre Bamyan y Herat, dos ciudades conocidas por su patrimonio arqueológico y capitales de provincias consideradas relativamente tranquilas.

Varios distritos de la provincia de Ghor son en cambio más convulsos.

El ataque se produjo en el momento en que los talibanes intensifican su tradicional ofensiva de verano, después de una breve interrupción durante las celebraciones del mes santo musulmán del ramadán, que terminó a principios de julio.

El lunes los talibanes perpetraron un atentado con un camión bomba contra un hotel para extranjeros en Kabul. Tras siete horas de asalto, la operación se saldó con un policía muerto y otros tres heridos.

Viajar por carretera en Afganistán se considera cada vez más peligroso. Los ataques insurgentes islamistas se multiplican, especialmente en el norte, el sur y el este del país, donde se producen violentos combates.

Circular bajo la protección de las fuerzas armadas afganas tampoco es una garantía. A principios de junio, un periodista estadounidense de la radio pública NPR, David Gilkey, y su colega y traductor afgano Zabihula Tamanna, murieron cuando viajaban en un convoy militar en la inestable provincia de Helmand (sur).

Los autobuses locales también suelen ser blanco de emboscadas en las carreteras.

Por su parte, los trabajadores de las oenegés, menos protegidos que los diplomáticos o los militares extranjeros, son víctimas de secuestros, que pueden ser tanto criminales como políticos.

La cooperante india Judith D'Souza, de 40 años, que trabajaba para la Fundación de Aga Khan, fue secuestrada a punta de pistola cerca de su casa en el centro de Kabul el 9 de junio. Fue liberada más de seis semanas más tarde, el 23 de julio.

Pocas semanas antes del secuestro de D'Souza, una cooperante australiana fue raptada en la ciudad de Jalalabad, cerca de la frontera con Pakistán.

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