La destreza de los artilleros franceses frente a los yihadistas al sur de Mosul

A tan sólo 40 km del frente, los cañones y obuses franceses de la "Task Force Wagram" cubren cada día a los soldados iraquíes en la batalla por Mosul contra los yihadistas del Estado Islámico.

"El objetivo es abrir fuego en el plazo más corto posible, entre cinco y diez minutos una vez recibida la orden de disparo", explica el capitán Alexandre (el ejército francés no da los apellidos de los militares por motivos de seguridad).

"Nos ocupamos del apoyo a las tropas iraquíes las 24 horas del día", agrega.

Alexandre dirige cinco CAESAR (Camión equipado con un sistema de artillería), cañones de 155 mm, de ocho metros de largo, montados en los vehículos que han demostrado su eficacia en Afganistán o Malí. Cuatro están operativos en todo momento. Cada cañón, del que se ocupan cinco soldados, abre fuego con una cadencia de seis disparos por minuto.

En total un centenar de franceses están desplegados desde septiembre en el marco de la "Task Force Wagram", constituida por soldados de distintas unidades, principalmente de artillería.

"Wagram es en referencia a la batalla napoleónica de 1809, una victoria en la que el empleo de la artillería fue decisivo", afirma el coronel Benoît, comandante de la Task Force.

Los soldados están apostados en la base de Qayarah, a 60 km al sur de Mosul. Es el cuartel general de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos y de las fuerzas iraquíes para la operación por la liberación de Mosul.

Según el Estado Mayor de las fuerzas armadas, en París, la Task Force Wagram interviene a diario.

"Disponemos de distintos tipos de municiones: explosivos si se trata de neutralizar o destruir, pero también estamos en condiciones de alumbrar el campo de batalla o de cegar con una cortina de fumígenos", enumera el capitán Alexandre.

Los cañones se encuentran en medio de una planicie polvorienta. En cuanto los militares reciben las coordenadas del blanco entran en posición de disparo.

Unos 100 segundos transcurren entre el disparo del obús y el momento en el que éste alcanza el blanco.

Los artilleros sólo intervienen cuando se lo pide la coalición, la cual a su vez necesita haber recibido una petición de ayuda de los soldados iraquíes. Y es un oficial francés el que tiene la última palabra antes de abrir fuego.

"Estoy pendiente continuamente de controlar los efectos", insiste el coronel Benoît, para que los disparos "se ajusten a la legislación" que regula los conflictos armados.

"Ya dije no a peticiones de cobertura cuando ponían en peligro las infraestructuras civiles o a los habitantes", recalca. "Pero disponemos de un excelente cañón que alía potencia, alcance de disparo y precisión, algo importante cuando se está en medio de la población. La brutalidad aliada a la precisión".

El ritmo podría disminuir debido a que el frente ha progresado hacia Mosul hasta alcanzar el límite de disparo de 40 km. Pero siempre quedan "bolsones de resistencia en la retaguardia. El frente no está muy definido, el enemigo se encuentra en todas partes", asegura el coronel Benoît.

El general de división iraquí Najem Al Jaburi, comandante en jefe de las operaciones para liberar Mosul, reconoce su labor: "Los franceses hacen mucho por ayudarnos, entrenan a nuestras tropas, despliegan un portaviones y sus cañones disparan noche y día. Junto con los estadounidenses, son lo que más intervienen en apoyo de nuestras fuerzas".

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