El general Jaruzelski será enterrado en cementerio militar a pesar oposición

  • El recién fallecido general Wojciech Jaruzelski, último presidente de la Polonia comunista, será enterrado este viernes en la sección militar del cementerio más importante del país, pese a la oposición de parte de la población.

Varsovia, 27 may.- El recién fallecido general Wojciech Jaruzelski, último presidente de la Polonia comunista, será enterrado este viernes en la sección militar del cementerio más importante del país, pese a la oposición de parte de la población.

La decisión fue anunciada hoy por las autoridades locales de Powazki, en Varsovia, con el acuerdo de la familia del general, que tras su muerte recordó que Jaruzelski "siempre se sintió como un soldado" y su deseo era "descansar junto a sus compañeros de armas".

Sin embargo, algunas asociaciones y grupos anticomunistas han lamentado que "el hombre que ayudó al Kremlin a reprimir los movimientos democráticos en Polonia" y promulgó la Ley Marcial descanse entre la elite militar polaca, algo que consideran una traición ya que "tiene las manos manchadas de sangre", sostienen.

El cementerio de Powazki es el más famoso de Polonia, y en él descansan importantes personalidades civiles y militares.

En su entierro Jaruzelski recibirá los honores mínimos de un alto mando, aunque no los que corresponderían a un jefe de Estado, tal y como demandaba la izquierda polaca, heredera política del partido Comunista que gobernó el país con apoyo soviético entre 1945 y 1990.

De hecho el líder de la Alianza de Izquierdas y antiguo compañero de partido de Jaruzelski, Leszek Miller, pidió ayer por carta al presidente del país, el liberal de centro-derecha Bronislaw Komorowski, un día de luto nacional, lo habitual cuando fallece un jefe de Estado.

El Gobierno polaco evitó decretar un día de luto nacional alegando que eso provocaría "más división" en la sociedad polaca.

Un cuarto de siglo después de las primeras elecciones democráticas en Polonia, muchos todavía recuerdan los últimos años del comunismo, en los que Jaruzelski, el hombre que siempre apareció escondido tras unas gafas ahumadas, decretó la Ley Marcial en 1981 para acabar con el sindicato Solidaridad y las protestas en los astilleros de Gdansk.

La Ley Marcial dejó miles de detenidos y decenas de muertos, aunque para Jaruzelski la medida era necesaria para evitar "un mal mayor": Una intervención del Ejército soviético al modo de Checoslovaquia o Hungría.

Otros polacos prefieren recordar que Jaruzelski facilitó la celebración de las primeras elecciones libres en 1989 y no dificultó la transición hacia la democracia, aunque en aquellos años y tras la caída del muro de Berlín todo el imperio soviético se desmoronaba sin apenas oposición.

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