Suu Kyi asegura que el Gobierno está intentando proteger a "todos" los que viven en Birmania

  • La ONU advierte del riesgo de que se registre una campaña de limpieza étnica
Reuters/EP

La líder 'de facto' de Birmania, la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, ha asegurado este jueves que su Gobierno está haciendo todo lo posible por proteger a todos los ciudadanos que viven en Birmania, también en el estado de Rajine, aunque sin mencionar directamente a la minoría musulmana rohingya.

"Tenemos que cuidar a nuestros ciudadanos, tenemos que cuidar a todas las personas que viven en nuestro país, sean o no ciudadanos birmanos", ha asegurado Suu Kyi, en una entrevista concedida a la cadena de televisión Asian News International.

Occidente ha criticado a la líder 'de facto' birmana por no haber tratado la cuestión de la minoría rohingya e incluso ha habido voces criticas que han exigido que le retiren el premio Nobel que recibió en 1991 y que significó un puente para el país hacia la democracia.

El número de rohingyas que han huido a Bangladesh desde finales de agosto ha alcanzado las 164.000 personas, con la llegada de 18.000 refugiados solo en el día del miércoles. Los rohingyas, una comunidad integrada por 1,1 millones de personas, denuncian que sufren persecución y muchos ciudadanos birmanos no les consideran ciudadanos del país por estimar que son realmente bangladeshíes.

"Por supuesto que nuestros recursos no son todo lo adecuados ni completos que nos gustaría que fuesen pero, aún así, intentamos dar lo mejor de nosotros y queremos asegurarnos de que se respete el derecho de todos los ciudadanos a ser protegidos por la ley", ha afirmado Suu Kyi, en declaraciones a la prensa durante la visita que ha realizado a Rangún el primer ministro indio, Narendra Modi.

Este martes, Suu Kyi acusó a los "terroristas" de haber creado "un gran iceberg de desinformación" en torno a la lucha que se está librando en el estado de Rajine, pero no hizo mención a los rohingyas que se han visto obligados a huir del país.

Los países con mayoría de población musulmana han incrementado su presión contra Suu Kyi y esta semana el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha advertido del peligro que existe de que se lleve a cabo una limpieza étnica en Birmania.

El Gobierno birmano ha comunicado que está negociando con China y Rusia un acuerdo para bloquear cualquier censura que le imponga el Consejo de Seguridad de la ONU a causa de esta crisis.

Suu Kyi ha afirmado que la situación en Rajine ha sido complicada durante décadas y que es "un poco irracional" pretender que su Gobierno, que lleva en el poder solo 18 meses, resuelva este conflicto de forma inmediata.

El Gobierno de Birmania ha sostenido que las fuerzas de seguridad están llevando a cabo una campaña legítima contra los milicianos rohingyas por los repetidos ataques que han organizado contra la Policía y el Ejército desde el mes de octubre.

De hecho, las autoridades han acusado a los milicianos rohingyas de haber matado a población no musulmana y haber quemado sus casas.

Sin embargo, los observadores de Derechos Humanos y muchos de los rohingyas que han emigrado a Bangladesh han asegurado que el Ejército de Birmania les está obligando a abandonar el país con una campaña de incendios provocados y ejecuciones.

AL MENOS 12 ROHINGYAS DESPARECIDOS TRAS VOLCAR UNA EMBARCACIÓN

Los barcos con desplazados rohingyas han seguido llegando a Cox's Bazar, la región de Bangladesh más próxima al estado de Rajine. Una de esas embarcaciones de madera ha volcado esta mañana y al menos doce personas han desaparecido. Además, se han rescatado más de 30 cuerpos que flotaban en el agua tras el vuelco de otra embarcación hace una semana.

Las cálculos realizados por Naciones Unidas en la zona han señalado que el número de refugiados rohingyas que han llegado en los últimos trece días es de 164.000 personas, con 18.000 personas llegadas el miércoles.

Sin embargo, Naciones Unidas ha estimado que el número total de refugiados procedentes de Birmania desde agosto podría llegar a alcanzar la cifra de 300.000, ha asegurado el portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Bangladesh, Dipayan Bhattacharyya.

Esta oleada de refugiados --muchos de ellos heridos o enfermos-- ha puesto a prueba los recursos de las organizaciones de ayuda humanitaria y de las comunidades que están ayudando a cientos de miles de víctimas de la violencia en Birmania.

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