El asalto a los infiernos de Podemos: del 'sorpasso' fallido al PSOE, a la debacle

  • La formación que lidera Pablo Iglesias cae desde los 69 diputados que consiguió en 2016 hasta los 43 escaños.
Pablo Iglesias y Pablo Echenique, dos de los fundadores de Podemos
Pablo Iglesias y Pablo Echenique, dos de los fundadores de Podemos
EFE

"El cielo no se toma por consenso, sino por asalto", proclamaba un inflamado Pablo Iglesias durante la asamblea fundacional de Podemos allá por octubre de 2014. El cielo era entonces el poder, en poder de la poderosa casta y de sus distintas manifestaciones: los ricos, los corruptos, los bancos, los gobernantes. Un lustro después, Iglesias ha gastado toda su munición en su acometida, dejando por el camino a camaradas y votantes, convirtiendo este 28 de abril en el día más nefasto y con el peor resultado histórico en unas elecciones generales.

Nada menos que 29 escaños menos que en 2016, tal vez el momento en el que Iglesias estuvo más cerca de 'San Pedro': tras las elecciones de diciembre de 2015, Podemos decidió no dar su apoyo para investir a Sánchez como presidente, lo que propició la repetición de los comicios y una segunda legislatura del Gobierno 'popular' de Mariano Rajoy.

En esos seis meses, pasaron tantas cosas en el seno de Podemos que resulta difícil resumirlas: los 69 diputados que obtuvieron entre las 'mareas', En Comú Podem y Compromís supieron a poco, y por eso quisieron sumar la fuerza electoral de IU, así que Pablo Iglesias y Alberto Garzón sellaron un pacto -que sometieron a refrendo ante sendas bases- para ampliar la coalición.

De asaltar los cielos al 'sorpasso' al PSOE

El cielo cambió de nombre y, entonces, pasó a llamarse 'sorpasso'. El PSOE, sumido en su particular crisis de identidad por la creciente influencia del sector 'susanista' -la cual derivaría en el congreso que acabó con la dimisión de Sánchez-, caía en las encuestas y, de hecho, en junio de 2016 los socialistas terminaron con el peor resultado de su historia, 85 escaños. Aún más: solo obtuvieron 300.000 votos más que Podemos. 

Sin embargo, el 'sorpasso' no se consumó. La confluencia de Podemos e IU -el recién nacido Unidos Podemos- se quedó en 71 escaños, los mismos que habían logrado por separado en los anteriores comicios. Pero ya era tarde. Rajoy y su infinita capacidad de esperar al fallo ajeno adelantaron a ambos por la derecha con el apoyo de Ciudadanos. Y ahí empezó la debacle.

El desmembramiento de Podemos

Poco a poco, Podemos fue perdiendo a sus miembros fundadores; una sangría que se prolongó durante tres años: primero había sido Juan Carlos Monedero, quien dimitió en 2015 a raíz de una investigación por su servicio de asesoría a países latinoamericanos; Luis Alegre dimitió tras enfrentarse a la dirección de Podemos en marzo de 2016; Íñigo Errejón dio la espantada al presentarse junto al partido de Manuela Carmena en la Comunidad de Madrid; y Carolina Bescansa no repetirá como diputada tras perder las primarias en Galicia.

Para empeorar las cosas, la baja por paternidad de Pablo Iglesias -defendida por Podemos como un símbolo feminista- ha dejado huérfano al partido durante los últimos meses -se reincorporó justo antes de la campaña-. Y, aunque es cierto que su intervención en los debates de esta semana le ha permitido reflotar a la formación morada, los 42 escaños que ha conseguido están muy lejos de las expectativas de Iglesias hace apenas tres años. Y del cielo.

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