La oposición de derecha afronta las elecciones noruegas con clara ventaja

  • La oposición de derecha llega a las elecciones legislativas que celebra hoy y mañana Noruega con una clara ventaja sobre la coalición "rojiverde" del primer ministro laborista, Jens Stoltenberg, que podría perder el poder después de ocho años.

Copenhague, 8 sep.- La oposición de derecha llega a las elecciones legislativas que celebra hoy y mañana Noruega con una clara ventaja sobre la coalición "rojiverde" del primer ministro laborista, Jens Stoltenberg, que podría perder el poder después de ocho años.

Los últimos sondeos indican que el Partido Laborista seguirá siendo el más votado, condición que mantiene desde 1924, con ligera ventaja sobre los conservadores de Erna Solberg, pero la coalición de gobierno tiene más de diez puntos porcentuales de desventaja respecto al bloque opositor.

Si se confirman los pronósticos de las encuestas, Solberg no tendría mayoría suficiente con el xenófobo Partido del Progreso y necesitaría el apoyo de alguna de las otras dos formaciones pequeñas del bloque, cristianodemócratas o liberales, enfrentadas con el anterior en varios temas, sobre todo en inmigración.

Pese a bajar varios puntos y pasar de segunda a tercera fuerza, la derecha ultranacionalista y xenófoba podría entrar por primera vez en un Gobierno, algo que sería histórico en Escandinavia, aunque en Dinamarca el Partido Popular Danés fue durante una década el socio externo que garantizó la mayoría de liberales y conservadores.

El Partido del Progreso no es una formación de ultraderecha al uso y mezcla una dura línea antiinmigración con una política neoliberal en economía, donde va más lejos incluso que conservadores y liberales.

En él militó en su juventud, aunque lo abandonó por moderado, Anders Behring Breivik, el ultra que perpetró los atentados del 22 de julio de 2011, en los que murieron 77 personas en la mayor tragedia en la historia reciente de Noruega.

La movilización de la maquinaria laborista le ha permitido recuperar el liderazgo en los sondeos, pero ni su condición de partido hegemónico ni la tradicional tendencia de los conservadores a rendir por debajo de los sondeos parecen suficientes esta vez para recortar una distancia tan clara entre los dos bloques.

Ni tampoco parece suficiente el gancho de Stoltenberg, una figura unánimemente elogiada por su actuación en defensa de la democracia y la diversidad tras los atentados.

El propio ministro protagonizó al principio de la campaña electoral un vídeo con cámara oculta haciendo de chófer por Oslo que fue un éxito en las redes sociales, pero la ocurrente iniciativa tampoco ha modificado la tendencia.

A pesar de las buenas cifras macroeconómicas y el bajo desempleo, por debajo del 4 %, los noruegos parecen decididos a apostar por un cambio y por llevar al poder a los conservadores de Solberg, que han moderado su discurso en política económica.

Solberg ha asegurado que habrá bajada de impuestos, pero serán modestas, y ha insistido en la "libertad de elección" en sanidad y educación para defender las privatizaciones en esas áreas, frente a un Stoltenberg que ha tratado de jugar la carta de defensor del Estado de bienestar.

Sanidad, educación y el uso del dinero procedente del fondo de pensiones público que gestiona los ingresos petroleros han sido algunos de los temas centrales de una campaña en la que la tragedia del 22 de julio de 2011 también ha estado presente.

Alrededor de una cuarta parte de los electores han votado de forma anticipada en unos comicios que permiten abrir hoy también los colegios, aunque la mayoría de los municipios esperarán a mañana.

Las elecciones de este año incluyeron por primera vez la posibilidad de votar por Internet en doce ayuntamientos que representan a un cuarto de millón de electores de los algo más de 3,5 millones que tienen derecho a participar.

Los comicios coinciden con los del Parlamento Sami, institución consultiva que representa a la minoría del norte del país, e incluyen en Oslo una referendo consultivo sobre si la capital debería presentar candidatura a las Olimpíadas de Invierno 2022.

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