Pauline Marois, una vida dedicada al Partido Quebequés y al soberanismo

  • Pauline Marois, una veterana del soberanista Partido Quebequés (PQ), se prepara para conseguir su sueño político y devolver al partido nacionalista al Gobierno de Québec en las elecciones del 4 de septiembre.

Julio César Rivas

Toronto (Canadá), 3 sep.- Pauline Marois, una veterana del soberanista Partido Quebequés (PQ), se prepara para conseguir su sueño político y devolver al partido nacionalista al Gobierno de Québec en las elecciones del 4 de septiembre.

Marois, de 63 años de edad, casada y con cuatro hijos, ha tenido una presencia permanente en la escena política de Québec desde 1981 cuando fue elegida por primera vez como diputada provincial del Partido Quebequés.

Durante su larga trayectoria política, Marois ha estado vinculada a dos nombres claves en Québec y, por ende, en Canadá: René Lévesque y Jacques Parizeau.

Ambos fueron líderes del PQ, primeros ministros provinciales y los responsables, en 1980 y 1995 respectivamente, de la convocatoria de dos referendos en los que se preguntó a los quebequeses si querían negociar la soberanía de Québec, la provincia francófona, con Ottawa.

Los dos perdieron las consultas populares: Lévesque consiguió el respaldo del 40,4 % de la población y Parizeau el 49,4 %.

Con las últimas encuestas apuntando a que el PQ que lidera Marois ganará las elecciones del 4 de septiembre, y posiblemente obtendrá la mayoría absoluta de los 125 escaños de la Asamblea Nacional de Québec, Marois tendrá que afrontar la decisión de convocar o no un tercer referendo, un asunto sobre el que se ha mostrado ambigua en la campaña electoral.

Preguntada sobre si su posible victoria supondría un mandato para celebrar un referendo, Marois contestó: "No".

"Pero si quiero tener un referéndum, tendré la posibilidad de celebrarlo. Si es posible convencer a la mayoría de la población a que vote sí en un referendo, será posible tener un referendo. Lo podremos hacer, pero también es posible no celebrarlo", explicó.

La postura de Marois con respecto a una nueva consulta separatista es muy similar a la que expresó en 1998 el entonces primer ministro de Québec y líder del PQ, Lucien Bouchard, tres años después del último referéndum.

Entonces Bouchard dijo que el PQ no convocaría un nuevo referéndum hasta que se diesen las "condiciones ganadoras" por temor a que una tercera derrota supusiese el fin definitivo de las aspiraciones independentistas de Québec.

Pero en lo que Marois no ha tenido ningún problema es en declarar que formará un "gobierno soberanista", que el objetivo final del PQ es conseguir un día la soberanía y que desde el primer momento plantará cara a Ottawa en demanda de más poderes para la provincia francófona.

"Iré tan rápido como sea posible para pedir esos poderes", declaró Marois.

El fracaso de las posibles negociaciones entre Québec y Ottawa podría aumentar el apoyo al movimiento soberanista, tal y como ya ocurrió en 1980 y 1995, cuando el PQ se vio favorecido por la incapacidad del resto de Canadá de acomodarse al "carácter distinto" de la provincia francófona.

La estrategia de Marois puede dejar fuera de juego al actual primer ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, que en 2006, poco después de llegar al poder, aprobó una moción en el Parlamento canadiense en la que reconoció a Québec como una "nación".

Marois se ha apresurado a utilizar esa decisión en su favor.

"Todavía no somos soberanos así que (Harper) tiene la responsabilidad de ser el primer ministro de los quebequeses. Votó una moción reconociendo a Québec como nación. Eso tiene que estar respaldado por medidas concretas", declaró la líder del PQ.

Son esas medidas concretas las que pueden alejar o acercar a Marois, y a Québec, de un tercer referendo soberanista.

Mostrar comentarios