Evangélico gana en Rio y Temer se fortalece con la caída de la izquierda en Brasil

La victoria de un pastor evangélico de derecha en la alcaldía de Rio de Janeiro remachó este domingo el resultado de unas elecciones municipales que borraron a la izquierda del mapa electoral de Brasil y apuntalaron a la base aliada del presidente Michel Temer.

La segunda vuelta de los comicios también fue un espaldarazo para el PSDB del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), que integra la coalición de gobierno, que ganó cinco de las dieciocho capitales de estados en disputa.

Con todos los ojos puestos sobre Rio, Marcelo Crivella, pastor de la Iglesia Universal del Reino de Dios y miembro del partido de derecha PRB (Partido Republicano de Brasil), confirmó los sondeos y se convirtió en el nuevo alcalde de la segunda ciudad de Brasil.

El balotaje ratificó el derrumbe de la izquierda en todo el país, ya expresado en la primera vuelta del 2 de octubre, y en particular del Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y de la recientemente destituida Dilma Rousseff.

El PT, que en 2012 había conquistado cuatro de las 26 capitales de estados, se quedó con las manos vacías al perder la única en la que competía: Recife (Pernambuco, noreste).

El partido que gobernó Brasil durante 13 años había perdido en la primera vuelta casi dos tercios de sus alcaldías, incluyendo Sao Paulo, la capital económica del país, que pasó a manos del PSDB.

Si bien el PMDB fue el que más alcaldías ganó, al igual que en 2012, fue su socio, el PSDB, el que dominó las grandes ciudades. No solo barrió al partido de Temer en el gobierno de Sao Paulo, sino también en Porto Alegre (Rio Grande do Sul, sur) y Maceió (Alagoas, noreste). Como consuelo, el PMDB derrotó en el duelo fratricida al PSDB en Cuiabá (Mato Grosso, centro-oeste).

Esa relación de fuerzas es clave para medir fuerzas de cara a las presidenciales de 2018.

"La base del gobierno Temer sale ampliamente victoriosa de las elecciones, especialmente con el resultado de Rio de Janeiro y del interior de Sao Paulo, donde el PT perdió el reducto histórico de Sao Bernardo do Campo y Santo André", dijo a la AFP Fernando Schüler, doctor en ciencias políticas y profesor del Insper (Instituto de Enseñanza e Investigación), institución privada con sede en Sao Paulo.

"El PSDB fue realmente el vencedor. Se tornó el partido con mayor número de ciudadanos bajo su administración desde las elecciones de 2002. Le arrebató ese lugar al PMDB, que no es tanto un partido político como una gran alianza de liderazgos regionales", agregó.

No obstante, la honda recesión económica y las turbulencias políticas que golpean al gigante sudamericano dificultan hacer proyecciones para las presidenciales de 2018, coinciden analistas, máxime con las potenciales nuevas revelaciones de la investigación del fraude a Petrobras que jaquea a los principales partidos.

La élite política brasileña está en vilo por un acuerdo de colaboración que negocia la Justicia con el grupo de ingeniería Odebrecht, en el centro de la red de sobornos que se enquistó en la petrolera estatal, que amenaza con exponer la participación de decenas de legisladores y gobernadores en la confabulación, sin distinción de ideologías.

El combate de fondo por Rio de Janeiro entre el pastor Crivella y Marcelo Freixo, un disidente del PT del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) de extrema izquierda, fue el punto saliente de unos comicios que convocaron a 33 millones de brasileños en 55 ciudades.

Crivella, de 59 años se impuso con el 59,36% de los votos sobre el 40,64% obtenido por Freixo, que fue apoyado por artistas como Caetano Veloso y Chico Buarque.

Sobrino del fundador millonario de la Iglesia Universal del Reino de Dios y exministro de Pesca de Rousseff, Crivella intentó dejar atrás un pasado de intolerancia y episodios escandalosos, como el exorcismo de católicos cuando era misionero en África en los años 90 o declaraciones acerca del "mal terrible" de la homosexualidad.

Senador, cantante de gospel y poeta, Crivella agradeció el apoyo de la Iglesia Católica, pese a "una ola enorme de prejuicios" y dedicó su victoria a "los que no se rindieron". Su triunfo, según sondeos, estuvo sostenido en la influencia evangélica en las zonas más empobrecidas de Rio.

El balotaje -que sólo se celebró en ciudades de más de 200.000 habitantes- se realizó sin incidentes graves y bajo la vigilancia de más de 10.000 militares en doce municipios. La campaña de la primera vuelta había estado marcada por la violencia, con 16 asesinatos solo en municipios del estado de Rio.

Mostrar comentarios