El liderazgo "reflexivo" de Ed Miliband convence a los laboristas

  • El Partido Laborista británico recupera su espíritu de combate con el liderazgo de Ed Miliband, un dirigente en quien las bases parecen confiar porque "es reflexivo" y "sabe escuchar".

Judith Mora

Liverpool (R.Unido), 28 sep.- El Partido Laborista británico recupera su espíritu de combate con el liderazgo de Ed Miliband, un dirigente en quien las bases parecen confiar porque "es reflexivo" y "sabe escuchar".

En un ambiente expectante y mucho más optimista que en septiembre de 2010, cuando Miliband fue elegido líder tras la derrota electoral de los laboristas, los delegados al congreso anual de la formación en Liverpool (noroeste inglés) reconocen que queda mucho por hacer para poder volver al poder, pero creen que su líder tiene la sensibilidad y recursos para conseguirlo.

"Confío plenamente en él", dijo a Efe el exalcalde de Londres y próximo candidato laborista a este ayuntamiento, Ken Livingstone.

"Ed es una persona honesta y de principios. Es la primera vez en 20 años que el partido tiene un líder que me gusta y no sólo alguien con quien tengo que trabajar", apostilló.

Pese a los evidentes esfuerzos de Miliband por desprenderse de la etiqueta de "Red Ed" (Ed el Rojo) que le colgó la prensa conservadora, Livingstone no cree que, en su intento por conquistar el centro político, el líder vaya a abandonar al votante tradicional de izquierdas pues, en su opinión, "es un auténtico socialista".

El reto de Miliband, hijo del famoso académico marxista Ralph Miliband, es convencer de su proyecto a la mayoría de la población sin alienar a las bases ni a los sindicatos, principales donantes de un partido que ellos mismos fundaron a finales del siglo XIX.

"Nos gustaría que nos demostrara más apoyo y sobre todo a la huelga de funcionarios (contra la reforma de sus pensiones) prevista para el 30 de noviembre, pero hasta cierto punto entendemos que debe adoptar una estrategia para llegar al máximo de electores", afirma Richard Gates, portavoz del sindicato Unite.

"Pese a todo es la mejor alternativa, por eso le votamos como líder", afirmó Gates, en alusión a que fueron los votos de los sindicalistas los que garantizaron el cargo al pequeño de los Miliband, que se impuso a su hermano David en las elecciones internas.

"Lo bueno que tiene es que escucha y otros líderes laboristas no lo han hecho", apunta Mick Rix, del sindicato GMB, que entiende que el Partido Laborista "engloba muchas tendencias y por eso es importante para los líderes conectar con el centro".

Sobre las propuestas más polémicas de Miliband, como modificar el sistema de voto interno para reducir la influencia de los sindicatos en la elección del líder, Mix opinó que "no saldrán adelante porque los militantes no las votarán".

Desde su nombramiento, Miliband ha mostrado un perfil público más bien discreto y bajo el lema de "Refundar el Laborismo" se ha concentrado en reconstruir internamente el partido, para lo que impulsó una revisión de su reglamento y de las líneas ideológicas de cara a elaborar el próximo manifiesto.

De ahí salieron conceptos que después no han prosperado, como la idea de atraer a la clase obrera más conservadora (identificada como "Blue Labour" o Laborismo azul) con políticas populistas sobre temas como la inmigración.

"El partido se está reconstruyendo, ahora estamos en proceso de escuchar a la gente y buscar nuevas ideas, algunas servirán y otras no, pero lo importante es reconectar con lo que quiere la mayoría de la gente de este país", señala Susan Nasch, presidenta de Juventudes Laboristas.

Para la militante de 70 años Saxon Spence, de Devon (oeste de Inglaterra), Miliband es la persona que puede resucitar al partido porque es alguien "reflexivo", que "no busca la solución rápida sino políticas sostenibles". "Sabe escuchar y eso es importante", añade.

Si parece que las bases están cómodas con su líder, su desafío para los próximos cuatro años -hasta las elecciones generales de 2015- es convencer al resto de la población de que tiene madera de primer ministro.

Según Steve Bell, galardonado humorista del periódico "The Guardian", Ed Miliband "está en proceso de formación", "tiene la habilidad intelectual pero no es muy mediático", lo que de momento le perjudica.

Sin embargo, en contra de lo que le achacan algunos comentaristas políticos, que cuestionan su estilo moderado en el Parlamento, Bell opina que Miliband sí tiene "un cierto instinto asesino".

"Mira como se cargó a su hermano", bromea, en referencia a la lucha fraticida por el liderazgo de la que el pequeño de los Miliband salió victorioso.

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