Funcionarios de prisiones hacen de Gran Hermano para controlar a los yihadistas

    • Cada vez hay más islamistas en prisión pero, ¿cómo son vigilados para evitar que propaguen sus ideas en prisión?
    • Un plan creado hace años para controlar a presos peligrosos sigue instrucciones secretas y está en un limbo legal.
Los funcionarios de prisiones denuncian un proceso de privatización encubierto (Foto: AFP)
Los funcionarios de prisiones denuncian un proceso de privatización encubierto (Foto: AFP)

Peligrosos delincuentes como narcotraficantes, terroristas o yihadistas están permanentemente controlados en prisión. Se vigilan sus visitas, sus movimientos, sus llamadas, su correspondencia…

Con este seguimiento se pretende que los yihadistas (o los narcotraficantes u otro tipo de terroristas) no aprovechen los beneficios penitenciarios desde el interior de la prisión para continuar con su labor ilegal.

En tiempos recientes, especialmente a raíz de los atentados de París y el consiguiente estado de alarma creado en Europa, ha aumentado la preocupación por las actividades yihadistas dentro y fuera de las cárceles.

A finales de enero se aprobó el Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la Radicalización Violenta, que incluye un apartado específico "para combatir la radicalización en los centros penitenciarios".

El plan intenta evitar que presos detenidos por yihadismo extiendan su influencia a otros internos afines. Este lunes la policía detuvo a un marroquí que ya estaba preso en la cárcel de Segovia por adoctrinar a otros presos. Según la policía, el interno trataba de convencer a compañeros afines para que se integrasen en las filas de Estado Islámico una vez concluyeran sus respectivas condenas.Plan secreto por motivos de seguridad

Desde instituciones penitenciarias no quieren ofrecer detalles de ese plan "por motivos de seguridad", aunque reconocen que en estos momentos hay 190 presos sometidos a estricta vigilancia por parte de los funcionarios.

¿En qué consiste esta vigilancia? ¿Quiénes son los funcionarios encargados? ¿Qué tipo de formación específica reciben?

Las labores de especial seguimiento se llevan haciendo desde hace cinco años, según explican fuentes conocedoras del sistema penitenciario. El entonces gobierno socialista creó un programa de vigilancia para todos los 'internos FIES' (fichero interno de especial seguimiento).

Este programa moviliza a un pequeño grupo de funcionarios de prisiones que actúa en todos los centros, encabezado por un jefe de servicio. Realizan tareas de observación de los presos más peligrosos: a quién llama, quién le visita, a quién escribe, con qué países se comunica, con qué presos se reúne, qué libros lee, cómo viste, qué rutina lleva a cabo, si reza o no reza, si hace o no el ramadán…

Con la correspondiente autorización, inspeccionan cuidadosamente la celda del interno para anotar cualquier hecho llamativo o sospechoso.

Toda la información recabada se envía a Madrid, donde los expertos en seguridad procesan la información y toman las decisiones pertinentes, entre ellas la detención o el traslado del interno, con la correspondiente autorización judicial.Labores no reguladas

"Nosotros sólo nos dedicamos a generar la información", explica un funcionario de vigilancia consultado por este periódico. "El problema está en que estas labores no están reguladas".

La designación de los funcionarios dedicadas a esas labores parte del director, que elige a dedo quién debe realizar qué tipo de vigilancia de tal o cual preso.

"Esto puede ocasionar problemas legales en ulteriores juicios, porque puede invalidar algunas pruebas obtenidas en dichas labores de vigilancia", explican desde las fuentes consultadas. Las instrucciones de este programa se seguimiento son custodiadas por el director del centro sin publicidad alguna.

Aunque los trabajadores de prisiones demandaron en su momento que estas labores salieran a concurso público, ni el gobierno del PSOE que lo impulsó ni el del PP que lo continuó han querido regular el puesto, asignándole un nivel, estableciendo horarios determinados y asignando el complemento laboral adecuado.

¿Por qué? "Es la pregunta del millón. No se sabe por qué. Nadie nos lo dice".

De hecho, comenzó un plan de formación que luego fue retirado ante las protestas sindicales.

Entre otros problemas, esto ocasiona que mucha información recabada se pierda porque tampoco existe una protocolo formal de procesarla. "Un funcionario puede negarse a cumplir labores que no están especificadas legalmente", explican.

Sigue @martinalgarra//

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