Exasesor de Granados asegura que el 'caso espías' fue un "montaje" para "encubrir el espionaje real que sí existió"

EUROPA PRESS

En la nueva sesión de la comisión de corrupción que celebra este viernes en la Asamblea de Madrid, Peña ha insistido en que cree que este asunto "es un montaje realizado desde dentro con la colaboración muy seria" de un periódico y del periodista que ejecutó toda la información".

"El que lo monta le mandó cuatro datos de filiación de cuatro personas: yo y los tres guardias civiles. También le mandan unos famosos partes, que es la agenda pública de los que intentaban vigilar o seguir: Prada, Cobo, etcétera, que no tienen ningún contenido. Estos partes son la copia de la agenda pública de Prada y Cobo y se utilizan para decir que había una vigilancia. Y hay una letra manuscrita pero cometieron un error porque había una letra manuscrita. Entonces les dieron hasta el nombre del perito para que determinarán que era la letra de Pinto", ha relatado.

Peña ha señalado que lo que le hicieron al técnico de Seguridad regional José Manuel Pinto fue "una barbaridad de gran calibre" teniendo en cuenta que, según ha apuntado, era una persona que no podía hacerlo debido a su cargo. "Lo hicieron además con desprecio. Es increíble que alguien se atreva a decir que Pinto sea cuando no tiene funciones", ha dicho.

El exasesor ha indicado que cuando él se negó a participar en las "irregularidades" que le propusieran, intentaron "eliminar" a él y a los guardias civiles que, según comentaron en la anterior sesión, también se negaron a espiar. "Estos me van a joder el negocio, pensaron", ha apostillado.

"JUGUETES ROTOS"

Marcos Peña considera que el 'caso de los espías' ha generado, con el tiempo, varios "juguetes rotos", entre los que ha citado a la exmujer del exdirector de Seguridad de la Comunidad de Madrid Sergio Gamón. "Ella cuenta que su marido y un tal Castaño, estando en activos en la Policía estaban haciendo funciones de vigilancia al servicio del vicepresidente y de la presidenta", ha apuntado.

Otro de los 'juguetes rotos' de este caso es, en sus palabras, el exdirector regional de Seguridad Enrique Barón, al que ha señalado en varias ocasiones durante la intervención como posible responsable de dicho "montaje" y filtrador de los supuestos partes de seguimiento a Prada y Cobo, aludiendo a lo publicado en prensa en su momento. "Ahí está la reunión de Granados en su chalé, que dijo que tenía claro que era un montaje y lo había realizado Barón", ha añadido.

Y también ha citado a Barón, que en principio iba a comparecer hoy en la comisión pero que ha rehusado al encontrarse fuera de España en comisión de servicios como comisario de Policía, por presumiblemente, "intermediar" con policías nacionales por el asunto del ático de Ignacio González.

La siguiente consecuencia de este asunto, según ha continuado Peña, es David Marjaliza, empresario amigo de Francisco Granados, uno de los principales imputados de la trama Púnica, que "que paga la pelea entre González y Granados". Según apuntan algunos medios, Marjaliza contrató a una empresa de dectetives para seguir al entonces exvicepresiente regional en su viaje a Colombia.

Por último, el exasesor de Seguridad ha indicado que él era "un personaje aislado" dentro de la Consejería y que en realidad fue nombrado a instancias de Aguirre, no de Granados, porque "mi nivel lo decidía la presidenta", mientras que Sergio Gamón y Enrique Barón eran hombres de confianza de González y Aguirre.

El exasesor de Granados cree que todo esto es "de risa" y responde a "asuntos de poder". "Este montaje es un abuso, una vergüenza. Yo no he elaborado ningún informe, rotundamente, ha concluido", ha finalizado.

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