Erdogan y los manifestantes echan un pulso sin moverse de sus posiciones

  • Adversarios y partidarios del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, han protagonizado hoy dos masivas concentraciones en lo que constituye ya todo un pulso entre dos concepciones del país.

Ilya U. Topper

Estambul, 9 jun.- Adversarios y partidarios del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, han protagonizado hoy dos masivas concentraciones en lo que constituye ya todo un pulso entre dos concepciones del país.

En Estambul, la plaza de Taksim, epicentro de las protestas que sacuden Turquía desde hace casi dos semanas, albergó hoy la mayor reunión desde que empezaron las acampadas por salvar el adyacente parque Gezi de una reforma urbanística.

La jornada transcurrió en un ambiente festivo y bajo una marea de banderas de los signos más diversos, desde marxistas hasta kemalistas, kurdos y alevíes.

Según pudo calcular Efe, al menos 30.000 personas se agolpaban en la plaza, con muchos miles más llenando el parque cercano, convertido en campamento con puestos de información, comida gratuita, talleres infantiles, bibliotecas y dispensario médico.

A la misma hora, otra muchedumbre recibió en el aeropuerto de Ankara al primer ministro, entre cánticos y gritos de "Mantente firme, no te doblegues", "Tu nación está contigo" y "Alá es grande".

Erdogan recorrió el camino del aeropuerto al centro de la ciudad flanqueado por sus simpatizantes y ofreciendo discursos en varias paradas, de tono similar a los dos baños de multitudes que se había dado por la mañana en las ciudades de Adana y Mersin.

El gobernante siguió insistiendo en criminalizar a los manifestantes de Taksim y Gezi, a los que califica de "saqueadores", "vándalos", "anarquistas" y "terroristas".

Hoy los acusó de haber entrado en una mezquita calzados y con botellines de cerveza y de haber agredido a mujeres con el pañuelo religioso que suelen vestir las simpatizantes de su Partido Justicia y Desarrollo.

Erdogan arremetió también contra "los especuladores" que habrían causado las recientes caídas de la Bolsa de Estambul y prometió "no darles ninguna oportunidad".

Tras haber acusado en los últimos días a la oposición política e incluso a servicios secretos extranjeros de impulsar las protestas, Erdogan señaló hoy a los bancos privados, a los que advirtió que lo "pagarán muy caro".

"Tenemos que darle una lección al lobby de los intereses, que ha sido el que más ha ganado. Vosotros le daréis una lección. Es tiempo de darle una lección como nación. No me hagáis dar nombres. Os digo: hay bancos estatales. Usadlos", dijo el mandatario a sus partidarios en un aparente consejo de retirar el dinero de los bancos privados.

Erdogan volvió a defender la actuación policial ante las críticas de excesos y abusos durante los choques con manifestantes, que han dejado dos civiles y un agente muertos y más de 4.000 heridos.

El primer ministro retó a quienes se manifiestan a enfrentarse con él en las urnas y dijo que los derechos no se ganan con violencia sino "dentro de la ley".

Y amenazó: "Si continúan (las protestas), hablaremos el lenguaje que entendéis. La paciencia tiene un límite".

El tono del mandatario contrastó con el mensaje conciliador del gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, que pidió perdón por "los excesos y los errores individuales" en la represión policial.

En un todo muy distinto al empleado por su jefe de partido, Mutlu calificó a los jóvenes manifestantes como personas en búsqueda de una libertad individual, al margen de los partidos.

Sus palabras no impresionaron a los manifestantes reunidos en el parque, que las consideraron un mero intento de lavar su imagen.

"Estas declaraciones únicamente son un intento de mostrar ante la prensa internacional que se preocupa por nosotros, pero no es cierto", opinó Ege, un estudiante que lleva cinco días en Gezi.

Desde la Plataforma de Solidaridad con Taksim, que representa a los manifestantes, se insistió en que las protestas seguirán mientras no se cumplan sus demandas.

Las exigencias de este movimiento ciudadano son: garantías de preservar el parque de Gezi, cuya defensa ha sido el origen de las revueltas; la prohibición del gas lacrimógeno, la liberación de los detenidos en las protestas y la dimisión de los gobernadores de Estambul, Ankara y Adana.

Aunque la tranquilidad siguió reinando en Taksim, adónde la Policía no acude desde hace más de una semana, la tensión se respiraba en el barrio de Sultangazi, en la periferia de Estambul, donde anoche se registraron violentos enfrentamientos entre la policía y grupos de manifestantes.

También en Ankara hubo choques entre manifestantes y antidisturbios, que emplearon cañones de agua, botes de humo y bombas de sonido para impedir una vez más que una marcha de protesta alcanzara la céntrica plaza Kizilay.

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