Los bomberos continúan la lucha por salvar de las llamas vidas y pueblos

  • Sídney (Australia), 10 feb (EFE).- Los bomberos de Australia continúan hoy la lucha por salvar de las llamas vidas humanas y pueblos enteros, mientras que el fuego ha causado ya 181 muertos -a los que probablemente se sumen 50 personas dadas por desaparecidas-, con lo que la cifra superaría los 220.

Sídney (Australia), 10 feb (EFE).- Los bomberos de Australia continúan hoy la lucha por salvar de las llamas vidas humanas y pueblos enteros, mientras que el fuego ha causado ya 181 muertos -a los que probablemente se sumen 50 personas dadas por desaparecidas-, con lo que la cifra superaría los 220.

Además, más de 7.000 personas sin hogar pernoctan en centros de acogida, tiendas de campaña o en sus coches.

El fuego ha arrasado desde el sábado, cuando comenzó la ola de incendios, más de 3.000 kilómetros cuadrados en el estado de Victoria, incluidos pueblos enteros y cerca de 1.000 viviendas.

El primer ministro de Victoria, John Brumby, dijo hoy que las 50 personas dadas por desaparecidas aumentarán con toda probabilidad en la lista de muertos, actualmente de 181.

"Hay aún un gran número de desaparecidos, más de 50, que los forenses creen que han muerto, aunque todavía no se hayan encontrado sus cadáveres", explicó Brumby.

Los expertos forenses, que trabajan en un tanatorio temporal habilitado en el centro Forense de Melbourne, advirtieron de que es posible que algunos restos queden sin identificar debido al terrible estado en el que se encuentran.

La policía ha creado una unidad especial, bautizada Fuerza Phoenix, para investigar las causas de los incendios y sus consecuencias, y se ha comprometido a entregar a los forenses un informe individual sobre cada una de las víctimas.

La investigación puede durar entre seis meses y un año, y la policía no descarta que la lista final de víctimas mortales acabe incluyendo más de 300 nombres, según el diario "The Age".

"Cuando ves las áreas (afectadas) desde el aire, es espeluznante. En particular, la zona que rodea las poblaciones de Kinglake y Marysville. Hay cientos y cientos de casas completamente destruidas, así que la cifra continuará creciendo", manifestó Brumby tras sobrevolar el nordeste de Victoria.

Kinglake, a unos 80 kilómetros al norte de Melbourne, es la localidad con mayor número de muertos, 35 hasta el momento, y cuya carretera de acceso fue abierta hoy pero sólo para los servicios de urgencia.

El número de acogidos por la Cruz Roja ha aumentado de 5.000 a 7.000, y se desconoce el número exacto de personas de las zonas afectadas que se fueron a vivir con familiares o amigos o de aquellas que han convertido sus vehículos en su casa temporal.

Durante esta jornada ardieron varios frentes desde el suroeste al norte de Victoria, en las regiones de Churchill, Bunyip State Park, Healesville, Kinglake, Murrindindi, Beechworth y Kilmore East.

Las fricciones entre los desplazados y los cuerpos de seguridad que les impiden regresar a sus casas mientras exista peligro comienzan a brotar con más frecuencia.

Los cuerpos de seguridad australianos reiteraron a los habitantes de las zonas amenazadas que deben tomar una decisión y mantenerla, pueden quedarse y proteger sus viviendas, siempre que cuenten con un sistema contra incendios adecuado, o pueden marcharse, pero lo que no deben hacer de ninguna manera es irse en el último minuto porque podría resultar fatal.

Según los testimonios de supervivientes y de bomberos, muchas personas esperaron el sábado pasado hasta el último momento y al final las llamas les sorprendieron con todo preparado para partir.

Entre las primeras víctimas mortales que se encontraron están seis personas que murieron carbonizadas dentro del coche, en Kinglake.

A pesar de que las autoridades han reconocido que lo único capaz de apagar los fuegos es la lluvia, los 3.000 bomberos de Victoria tratan de contener su avance con el apoyo de otros 1.000 colegas llegados de todas las partes de Australia, y esperan refuerzos de Nueva Zelanda y de Estados Unidos.

El presidente estadounidense, Barack Obama, fue hoy uno de los dirigentes internacionales que telefoneó al primer ministro australiano, Kevin Rudd, para ofrecerle su pésame y la ayuda de su país en la lucha contra el fuego.

Unos 35 especialistas estadounidenses, de los departamentos de bomberos, aviación, planificación y rehabilitación de tierras, están preparados para embarcar con destino a Australia en cualquier momento.

El Gobierno de Australia ha recibido mensajes de condolencia de Andorra, Brasil, Cuba, Francia, Indonesia, Japón, México, Pakistán, Turquía o Singapur, entre otros.

"Es muy bueno que hayan llegado. Todos los ciudadanos de Victoria y todos los australianos deben saber que en estos momentos trágicos no están solos", dijo Rudd en agradecimiento a las muestras de cariño y solidaridad.

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