Patronal y sindicatos piden al Gobierno portugués que eleve el salario mínimo

  • Entidades patronales y sindicatos lusos coinciden en apoyar la idea de aumentar el salario mínimo en Portugal y así se lo transmitieron hoy al Gobierno, a priori reticente a elevar los costes laborales.

Lisboa, 19 mar.- Entidades patronales y sindicatos lusos coinciden en apoyar la idea de aumentar el salario mínimo en Portugal y así se lo transmitieron hoy al Gobierno, a priori reticente a elevar los costes laborales.

Los portavoces de los empresarios y las organizaciones de trabajadores de Portugal se mostraron dispuestos a llegar a un "consenso" sobre este aumento que sirva para presionar al Ejecutivo, que en caso de aceptar sus demandas debería someterlas también a la evaluación de la UE y el FMI, entidades prestatarias de su rescate.

El sueldo mínimo está fijado actualmente en 485 euros y en 14 pagas, cantidad que reciben cerca de 600.000 portugueses, equivalente a un 12 % de su población activa.

Patronal, sindicatos y Gobierno firmaron en 2006 un acuerdo para aumentar progresivamente el salario mínimo hasta situarlo por encima de los 500 euros ya en 2011 -cuando Portugal solicitó ayuda financiera-, aunque desde entonces está congelado en 485 euros.

Desde la Confederación Industrial Portuguesa (CIP), su presidente, António Saraiva, subrayó que el principal "obstáculo" a este incremento "es el memorando de entendimiento" firmado por las autoridades lusas con la UE y el FMI a cambio de su rescate, y que recoge severas medidas de austeridad así como amplias reformas.

En la versión original de este programa de ajustes, se precisa que entre los principales propósitos del mismo está "garantizar que los costes laborales apoyan la creación de empleo y la competitividad, por lo que cualquier aumento del salario mínimo sólo se producirá si las condiciones económicas lo justificaran o si es pactado" con el beneplácito de todas las partes.

"Los agentes sociales estamos dispuestos a llegar a un acuerdo bilateral y a exhortar al Ejecutivo a revisar junto a la UE y el FMI su postura", aseveró Saraiva.

El líder de la patronal que engloba a las empresas lusas del sector del comercio y los servicios (CCP), Joao Vieira Lopes, defendió también este aumento del sueldo mínimo, que en su opinión podría suponer un estímulo del consumo privado que ayudaría a la deprimida economía portuguesa.

El mismo dictamen hicieron hoy los responsables de los dos principales sindicatos del país, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista) y la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista), para los que la subida de este concepto figura entre sus prioridades desde hace años.

Las únicas diferencias entre empresarios y representantes de los trabajadores radican en la ejecución de este aumento -en fases o de forma inmediata-, así como en la cifra a fijar como nuevo salario mínimo, aunque siempre en torno a los 500 euros.

Todos los agentes sociales coincidieron en mostrar su preocupación por el empeoramiento de las previsiones económicas oficiales para el país, conocidas la semana pasada y que estiman ahora para 2013 una recesión del 2,3 % del PIB.

El Gobierno luso, de signo conservador, también agravó sus pronósticos sobre desempleo, hasta calcular que la tasa de paro alcanzará de media el 18,2 %, lo que supone más de un millón de trabajadores portugueses sin empleo.

El debate sobre el sueldo mínimo ha vuelto al primer plano político después de que ayer el empresario Belmiro de Azevedo, presidente del mayor grupo comercial del país (Sonae), afirmara que en Portugal, sin mano de obra barata "no habría trabajo para nadie".

De Azevedo consideró el bajo coste salarial una "ventaja competitiva" frente a otras economías, unas declaraciones que generaron una gran controversia y que fueron criticadas hoy tanto por la patronal como por los sindicatos.

Mostrar comentarios