No deja de ser ficción, ya que para ser justos deberíamos crear 350 circunscripciones españolas, en lugar de las 52 existentes. Quien gane en cada una de ellas se lleva un diputado, lo cual castiga mucho más a los partidos minoritarios, que apenas tendrían oportunidad de entrar en el Parlamento. Si nos quedamos con Congreso de 52 escaños, tantos como circunscripciones, los resultados de estas generales serían aún más favorables al PP, que ha ganado en 45 de las 52 provincias españolas. CiU pasaría a ser la segunda fuerza tras ganar en Girona, Lleida y Tarragona y el PSOE quedaría sólo con los escaños de Sevilla y Barcelona.
Chiqui Esteban
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