El tímido Felipe de Brabante será el séptimo rey de los belgas

  • Felipe, duque de Brabante, de tímida personalidad, con una extensa formación académica y militar, y experiencia en la representación exterior de su país, será mañana el séptimo rey de los belgas, tras la abdicación de su padre, el rey Alberto II.

Lara Malvesí

Bruselas, 20 jul.- Felipe, duque de Brabante, de tímida personalidad, con una extensa formación académica y militar, y experiencia en la representación exterior de su país, será mañana el séptimo rey de los belgas, tras la abdicación de su padre, el rey Alberto II.

Felipe, de 53 años, tendrá por delante la difícil tarea de seguir los pasos de su padre a la hora asegurar la unidad en un país divido entre los flamencos del norte y los valones del sur, donde son habituales las crisis de Gobierno y es clave la Jefatura del Estado.

Por su personalidad introvertida, numerosos analistas belgas han señalado estos días que el reinado de Felipe podría parecerse más al de su abuelo Leopoldo III o el de su tío Balduino, menos expresivos que Alberto II.

Uno de ellos, el historiador de la Universidad Católica de Lovaina (UCL), Michel Dumoulin, ha asegurado en diferentes medios del país que Felipe "paga los platos rotos de una personalidad un poco tímida, más cerrada que la de su padre".

También destaca que "quizá en esa personalidad introvertida se esconde una sensibilidad de la que solo gozan las personas reservadas".

Su timidez se ha traducido a menudo en tiranteces con los medios de comunicación, especialmente con al prensa flamenca, menos monárquica que la valona.

Tras el anuncio de abdicación de alberto II, partidos nacionalistas flamencos como la NV-A abogan por una monarquía meramente "protocolaria", un debate que podría reabrirse si los separatistas ganaran las próximas elecciones de 2014.

El duque de Brabante, título tradicional del heredero de la corona belga, domina los tres idiomas del país: francés, flamenco y alemán, y cuando firme como rey podrá hacerlo indistintamente como Phillipe (en francés) y Filip (en neerlandés), según ya ha autorizado el consejo de ministros.

Su extremada timidez y su difícil relación con los medios, que desde hacía semanas especulaban con la posibilidad de que Alberto II abdicase, ha sido uno de los elementos que ha hecho a muchos cuestionarse sobre la capacidad, más que la preparación, del próximo jefe de Estado de Bélgica.

El rey Alberto II no ha querido dejar espacio para la duda y el mismo 3 de julio, cuando por sorpresa anunció su abdicación al trono, subrayó el pleno compromiso y la preparación de Felipe para tomar el relevo al frente de la monarquía.

"El futuro del país está en buenas manos", aseguró Alberto II.

El primer ministro, Elio Di Rupo, también ha afirmado en numerosas ocasiones que "el príncipe Felipe está muy bien preparado para ser rey".

Felipe Leopoldo Luis María de Sajonia-Coburgo, nació en Laeken, en las cercanías de Bruselas, el 15 de abril de 1960, es el hijo mayor del rey Alberto II y de la reina Paola Ruffo di Calabria.

Tras completar su educación civil y militar en Bélgica, Felipe estudió un trimestre en la Universidad de Oxford (Reino Unido) y obtuvo el diploma de Master of Arts en Ciencias Políticas en la Universidad de Stanford (EEUU).

Desde 1993 en que Alberto II tomó el relevo de su hermano, el fallecido rey Balduino, ha asumido la presidencia de honor de la Agencia de Comercio Exterior, y como tal ha dirigido más de 85 misiones económicas belgas en el extranjero, que a partir de ahora encabezará su hermana Astrid.

El futuro rey también preside desde hace dos décadas el Consejo Federal del Desarrollo Sostenible, que federa a los actores económicos, sociales, medioambientales y científicos del país, encargados de enviar opiniones al gobierno.

En su vida personal, en 1999, contrajo matrimonio con la aristócrata belga Matilde d'Udekem d'Acoz y son padres de tres hijos: Isabel, la heredera y próxima duquesa de Brabante, de 11 años, seguida de Gabriel (2003), Emmanuel (2005) y Eleonor (2008).

Hace unos meses la publicación del libro "Question (s) Royale (s)", del polémico periodista Frédéric Deboursu, aseguraba que el matrimonio de Felipe y Matilde fue una imposición de Alberto II, pero otros cronistas habituales de la casa real aseguran que la unión de Felipe y Matilde fue por amor, y con frecuencia se les ve en actitud cariñosa.

El príncipe practica varios deportes y es habitual verle entrenar en las afueras de palacio. En mayo de este año participó en la media maratón de Bruselas, la última que corría como príncipe heredero.

Sus primeros retos le llegarán probablemente el próximo año, cuando tras el resultado de las elecciones generales previstas para mayo, tenga que encargar formar Gobierno, una tarea en la que los expertos le recomiendan que siga el ejemplo de su padre, que con éxito se enfrentó a una crisis que dejó al país sin Ejecutivo durante más de 400 días.

Por ejercer su labor, Felipe de Bélgica recibirá una dotación anual de 923.000 euros, la misma cantidad que recibirá el rey Alberto, aunque por primera vez esas dotaciones se someterán al pago de impuestos, según aprobó esta misma semana una comisión ministerial del Gobierno federal.

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