Amnistía denuncia que la Justicia griega respalde devolver a Turquía de dos solicitantes de asilo sirios

  • Amnistía Internacional ha denunciado que el Consejo de Estado, la máxima instancia judicial administrativa de Grecia, haya dictaminado que dos solicitantes de asilo sirios puedan ser devueltos a Turquía, lo que supone un "peligroso precedente", ya que podría facilitar la devolución de solicitantes de asilo conforme al acuerdo suscrito entre Turquía y la UE.
EUROPA PRESS

"La sentencia supone un precedente ominoso para los muchos otros solicitantes de asilo que han huido del conflicto y la persecución y se encuentran ahora atrapados en las islas griegas", ha indicado el director para Europa de Amnistía Internacional, John Dalhuisen. "Esta decisión quebranta un principio muy claro: Grecia y la UE no deberían enviar a solicitantes de asilo ni refugiados de vuelta a un país en el que no tienen una protección efectiva", ha añadido.

Si finalmente son deportados, Nuri --estudiante de enfermería de 21 años-- y Afaaz se convertirán en los primeros solicitantes de asilo en ser formalmente devueltos de Grecia a Turquía con el argumento de que se trata de un país seguro desde que entró en vigor el acuerdo migratorio suscrito entre Turquía y la UE de marzo de 2016.

Amnistía denuncia que muchos sirios viven en la extrema pobreza en Turquía y son víctimas de violencia, torturas e incluso la muerte. "Por primera vez desde la aplicación del acuerdo UE-Turquía, Grecia ha tomado una decisión consciente actuando en nombre de toda la UE por la que dos refugiados serán enviados a un país que apenas satisface las necesidades básicas de tres millones de refugiados más", ha argumentado Dalhuisen.

"Hasta que los solicitantes de asilo y refugiados no tengan garantizada una protección efectiva en Turquía, los países de la UE deben dejar de enviarlos allí", ha apostillado.

Unos 62.000 refugiados y emigrantes --principalmente sirios, afganos e iraquíes-- se encuentran atrapados en Grecia desde que en marzo de 2016 se cerraran las fronteras europeas. La mayoría viven hacinados en campos de internamiento.

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