Madrid, 3 dic.- El Gobierno español trasladó hoy al embajador de Israel en España, Alon Bar, su preocupación por la decisión de su país de autorizar nuevos asentamientos en Cisjordania así como de retener los impuestos recaudados en nombre de la Autoridad Palestina, y le instó a reconsiderar su posición.
El ministerio español de Exteriores señala en un comunicado, que los nuevos asentamientos podrían producir "la irreversible separación de Jerusalén Este del resto de los territorios palestinos poniendo en peligro la necesaria continuidad territorial del futuro Estado palestino y la viabilidad de la solución de los dos estados".
Por ello, continúa la nota, insta al gobierno de Israel a que reconsidere su decisión.
Fuentes de la embajada de Israel en España informaron a Efe, por su parte, de la reunión que el embajador mantuvo con el director general para el Magreb, África, Mediterráneo y Oriente Medio del Gobierno español, Ignacio Ybáñez, que, señalaron, transcurrió con "muy buen ambiente".
Alon Bar recordó a Ybáñez que Israel considera que la iniciativa de Palestina para ser Estado observador de Naciones Unidas "es una violación de los acuerdos de Oslo".
Añadió que después de las reuniones que los diplomáticos israelíes mantuvieron con representantes del Gobierno español antes de la votación en la ONU, "nadie debería estar sorprendido con las decisiones que está tomando" Israel.
Fuentes israelíes dijeron que la embajada se enteró de que el ministerio español de Exteriores convocaba al embajador a través de los medios de comunicación y precisaron que, en época electoral, no se puede esperar que el Gobierno de Israel no responda a la iniciativa palestina en la ONU.
España votó a favor en la ONU del reconocimiento de Palestina como Estado observador, un estatus que fue avalado por la gran mayoría de los países presentes en la Asamblea General.
El ministerio español de Exteriores reitera la necesidad de trabajar para un acuerdo de paz que disponga, entre otros extremos, el establecimiento de un Estado palestino sobre la base de las líneas previas a 1967 con los cambios que acuerden las partes, con Jerusalén como capital compartida, que viva en paz y seguridad con Israel.
Para ello, insiste en que "es urgente que las partes retomen las negociaciones".
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