Oposición nicaragüense se organiza para intentar frenar reelección de Ortega

La oposición nicaragüense, relegada de las elecciones generales del próximo 6 de noviembre, se organiza en torno a un "frente amplio" para intentar frenar los planes del presidente Daniel Ortega de alcanzar su tercer mandato consecutivo, en lo que considera "una farsa electoral".

El frente reunirá a movimientos derechistas de tendencia liberal y socialcristiana, a la disidencia sandinista y a otros sectores inconformes con el gobierno de Ortega, en el poder desde 2007.

"Con varias organizaciones se tomó la decisión de formar un amplio Frente Amplio" la próxima semana, en sustitución de la Coalición Nacional por la Democracia (CND) que el último mes fue afectada por escisiones internas, dijo a la AFP uno de los dirigentes de la CDN, José Pallais.

La alianza busca vigorizar a la decaída oposición, que fue inhibida de participar en los comicios por un fallo del Poder Judicial de junio pasado mediante el cual los dirigentes del Partido Liberal Independiente (PLI, derecha), la segunda fuerza política después del FSLN, perdieron la representación legal de la agrupación.

"El objetivo es la unidad de todos" los opositores al gobierno, para denunciar las irregularidades de este proceso electoral, explicó a la AFP el empresario radial y excandidato presidencial del PLI en las elecciones de 2011 Fabio Gadea.

El PLI encabezaba la CDN, una coalición electoral opositora que fue desintegrada por el nuevo presidente del PLI, Pedro Reyes, una vez que la Corte Suprema de Justicia le otorgó el control del partido.

La Corte también despojó de su personalidad jurídica al Partido Acción Ciudadana (PAC, centroizquierda), bajo cuyas siglas los adversarios de Ortega intentaron reorganizar su coalición.

La actuación de la justicia permitió a Ortega consolidar su ventaja con un 65% de intención de voto, según una encuesta de la empresa M&R, frente a cinco pequeños partidos que en conjunto no superan el 4% de respaldo popular.

En los próximos dos meses los opositores persiguen minar los planes de reelección de Ortega intensificando los llamados a la abstención y las protestas, con el fin de deslegitimar el proceso y exigir nuevas elecciones con observación internacional y un tribunal electoral imparcial.

A juicio de la dirigente de la disidencia sandinista Dora María Téllez, la campaña en favor de la abstención "va a tener mucho eco" porque considera que Ortega no tiene la popularidad que marcan las encuestas.

"La oposición no va a votar y probablemente una parte que estaba votando tradicionalmente por el FSLN tampoco", estimó.

"El descontento (entre los nicaragüenses) es enorme aunque ellos (el gobierno) digan que no", coincide Gadea, quien asegura que durante el gobierno de Ortega se han cometido "centenares" de crímenes y abusos contra los derechos humanos que han generado malestar en la población.

"En el campo se encuentra gente que a duras penas come", agregó.

Para la defensora de los derechos humanos Mónica López, la oposición fue excluida de los comicios porque tenía potencial de capitalizar el voto de sectores inconformes con Ortega.

Sin embargo, cree que el llamado a la abstención es "irrelevante" porque "el partido de gobierno controla todas las instituciones del Estado, incluido el poder electoral".

Piensa, además, que los nuevos líderes de la oposición deben salir de los movimientos populares, y no de la oposición política tradicional, la cual, en su opinión, tiene que llevar a cabo una evaluación autocrítica de su desempeño.

Cirilo Otero, sociólogo y miembro de un grupo de intelectuales críticos del gobierno, dijo a su vez que en la población "hay mucha confusión" sobre el impacto que tendría un llamado a la abstención en las elecciones.

Según una encuesta de M&R, el 73,9% de los nicaragüenses resta importancia a ese llamado, en lo cual influye el peso del oficialismo sobre los medios de comunicación.

Los canales televisivos y las emisoras radiales de mayor influencia están en manos de la familia presidencial o de empresarios afines, de acuerdo con estudios publicados por el Centro de Investigación de la Comunicación (Cinco).

Ortega busca ser reelecto para el período 2017-2022, acompañado esta vez de su esposa Rosario Murillo, candidata a la vicepresidencia.

A juicio de Otero, Nicaragua se encamina hacia "una forma de gobierno de carácter familiar" similar a "una dictadura dinástica poco elegante, light".

El líder sandinista "está asegurando la transmisión del poder político" porque "es un hombre de 70 años que puede estar pensando ya en su momento de declive", señaló el analista.

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