Veinticuatro horas cruciales para el destino del Reino Unido y la UE

La campaña del referéndum británico sobre la Unión Europea vivía este miércoles su último día con la misión de convencer a esos indecisos que tienen en sus manos el destino del continente.

El primer ministro conservador, David Cameron, cuya apuesta personal por convocar el referéndum y defender a la UE podría costarle el cargo en caso de derrota, recordó una vez más que la decisión sería "irreversible", en una entrevista con la BBC.

"No hay vuelta atrás si votamos por salir", aseguró. "Es una decisión irreversible", insistió Cameron, antes de rebatir uno de los principales argumentos de los partidarios del Brexit (salida). "La idea de que no somos independientes no es cierta", aseguró.

Las últimas encuestas dan una ligera ventaja a los partidarios de seguir en la UE, y cifran los indecisos en más de un 10%.

Hubo nuevas adhesiones de celebridades a la causa europeísta, como las de la banda de rock irlandesa U2, el actor británico Daniel Craig, conocido por su papel de James Bond, y otro irlandés, el actor Liam Neeson.

"No os vayáis, os echaríamos de menos", escribió U2. "Europa sin Gran Bretaña nos parece inimaginable".

Por su parte, Craig publicó una foto en la que vestía una camiseta con el mensaje "Ningún hombre es una isla. Ningún país por su cuenta".

En el otro extremo, el exalcalde de Londres Boris Johnson, primera espada del Brexit, inició al amanecer, en un mercado de Londres, una última jornada de campaña frenética.

"Estamos en las últimas 24 horas. Es un momento crucial, mucha gente estará tomando su decisión, y espero que crean en su país, que crean en lo que hacemos", dijo en el mercado de pescado de Billingsgate.

Nunca antes un país abandonó la Unión Europea desde el nacimiento del proyecto europeo en los años 1950, cuando todavía humeaban los escombros de la Segunda Guerra Mundial y la mitad del continente vivía en dictaduras, y hasta ahora, que engloba a 28 países democráticos.

El Reino Unido se sumó a ella en 1973, pero ya en 1975 celebró un primer referéndum para acallar a los euroescépticos, con victoria de la permanencia. El jueves afronta otro, que difícilmente zanjará el debate.

Según lo oído durante la campaña, la salida británica podría hundir la libra y las bolsas, propiciar el abandono de otros países, acabar con la carrera política de David Cameron, atizar las demandas de los independentistas escoceses y de los republicanos norirlandeses, y dejar en el limbo a millones de inmigrantes europeos en el Reino Unido y de británicos en la UE.

Para quienes la desean, sin embargo, la ruptura con Bruselas permitiría al Reino Unido reverdecer laureles, devolverle a su ámbito natural, el mundo anglosajón, frenar la inmigración y, usando su mantra, "recuperar el control del país".

En cualquier caso, avisó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, no habrá nada más concesiones al Reino Unido después del referéndum.

"Los políticos y electores británicos tienen que saber que no habrá ningún tipo de renegociación", dijo Juncker en una conferencia de prensa. Cameron "obtuvo lo máximo que podía recibir, dimos lo máximo que podíamos dar".

Los dirigentes de más de la mitad de las 100 principales empresas británicas pidieron este miércoles el voto a favor de la Unión Europea, a 24 horas de un referéndum determinante para el futuro británico y europeo.

La salida de la UE provocaría "un choque económico" especialmente doloroso para las pequeñas empresas, dijeron 1.300 dirigentes empresariales, entre ellos 51 de las 100 empresas que integran el índice FTSE de la bolsa de Londres, en una carta publicada en el diario The Times.

El ex primer ministro conservador John Major, pro-UE, acusó a los líderes del Brexit de "enterradores" de la prosperidad británica, y defendió a la inmigración, muy vilipendiada durante la campaña.

"Desear abandonar la UE no es la solución a la magnitud de la inmigración en todo el mundo. Es una reacción a ella, pero no es la solución", dijo Major, que creció en el barrio de Brixton en los años 1950, el multiétnico barrio del sur de Londres.

Más de cien personalidades de ambos campos se reunirán en un plató de la televisión Channel 4 por la noche para discutir sobre el referéndum.

Entre ellas estará el líder del UKIP (Partido para la Independencia del Reino Unido), Nigel Farage, cuya oposición feroz a la inmigración fue relacionada con el asesinato de la diputada laborista y europeísta Jo Cox, el pasado 16 de junio.

Su muerte frenó el ascenso de Brexit en los sondeos. Su marido Darren Cox dijo el martes a la BBC que fue asesinada "por sus posiciones políticas".

Este miércoles, Cox hubiera cumplido 42 años y una procesión de barcazas recorrió el Támesis en su honor. Además, la gran plaza londinense de Trafalgar acogerá un acto en su memoria.

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