El relevo de Glos por Guttenberg pone fin a tres días de teatro político

  • Berlín, 9 feb (EFE).- El relevo de Michael Glos por Karl-Theodor zu Guttenberg al frente del Ministerio de Economía pone fin, al menos de momento, a tres días de teatro político en Alemania en los que salieron a relucir las grietas que hay actualmente dentro de la en otro tiempo monolítica Unión Cristianosocial (CSU).

Berlín, 9 feb (EFE).- El relevo de Michael Glos por Karl-Theodor zu Guttenberg al frente del Ministerio de Economía pone fin, al menos de momento, a tres días de teatro político en Alemania en los que salieron a relucir las grietas que hay actualmente dentro de la en otro tiempo monolítica Unión Cristianosocial (CSU).

La dimisión de Glos, que tomó a todo el mundo por sorpresa y generó todo tipo de reacciones, no tuvo relación directa con la crisis económica -en cuyo manejo él ha desempeñado un papel secundario- sino con los problemas que viene arrastrando la CSU desde hace meses.

El propio Glos, en la carta en la que ofrecía su dimisión -dirigida al jefe de la CSU, Horst Seehofer, pero recibida primero por los medios de comunicación- justificaba de puertas afuera ese paso hablando de la necesidad de renovación que tenía el partido.

Es un secreto a voces, en cambio, que el ministro se sentía desplazado a un tercer plano en el manejo de la crisis económica, la mayor que sufre Alemania desde la II Guerra Mundial, que Merkel está gestionando casi exclusivamente con el ministro de Finanzas, el socialdemócrata Peer Steinbrück.

En un acto de aparente generosidad, Glos explicaba en su carta que, a punto de cumplir 65 años, no pensaba seguir en el Consejo de Ministros tras las elecciones generales de septiembre y que era cuestión de transparencia que los electores supieran quién iba a ocupar su cargo si éste seguía en manos de la CSU.

No obstante, la gran mayoría de los analistas consideran que lo que ocurría era que Seehofer ya estaba buscándole sucesor, como Glos pudo leer el viernes en su lectura matutina de los periódicos, y que éste -considerado como un maestro de la intriga política- había decidido anticipársele.

Esto último explicaría por qué la carta llegó primero a las redacciones de los periódicos que a manos de Seehofer a quien la noticia tomó evidentemente descolocado como lo mostraron sus reacciones posteriores.

Primero, dijo que no aceptaba el ofrecimiento de Glos y que tenía plena confianza en él. Luego se reunió con él y, en medio de comentarios procedentes de todos los partidos políticos que consideraban que no podía mantener a un ministro en el cargo a la fuerza, decidió dejar que Glos se marchase.

La conversación entre los dos, según aseguró Seehofer hoy, se dio en una atmósfera "amistosa" pero lo que hablaron, agregó, es algo que han acordado mantener en secreto.

Glos era el último político de primera línea de la vieja guardia de la CSU al que Seehofer le faltaba descabezar desde su llegada a la jefatura del partido en otoño pasado.

Los otros dos, su antecesor como jefe del partido, Erwin Huber, y el hasta ese momento jefe del gobierno bávaro, Günther Beckstein, había necesitado sólo un ligero empujón para que salieran de sus cargos puesto que había quedado duramente golpeados por la pérdida de la mayoría absoluta en las elecciones regionales de Baviera.

Seehofer, que hasta ese momento era ministro de Agricultura en el gobierno de Angela Merkel, asumió tanto la presidencia de la CSU como la jefatura del gobierno bávaro.

Desde allí, Seehofer ha intentando permanentemente reforzar la identidad de la CSU frente al partido hermano, la Unión Cristianodemócrata (CDU), presidida por Merkel.

Con la designación de Karl-Theodor zu Gutenberg como ministro de Economía Seehofer manda ahora a Berlín a uno de sus hombres de confianza, que hasta ahora se desempeñaba como secretario general del partido.

De Guttenberg, con 37 años el ministro de Economía más joven que ha tenido Alemania, la CSU espera además un mayor protagonismo en el manejo de la crisis financiera, en el que hasta ahora Merkel y el ministro de Finanzas Peer Steinbruck había sido los personajes principales.

Ese protagonismo es algo que la CSU necesita de cara a las elecciones europeas, en verano, y a las generales de otoño pues le urge mejorar el resultado que tuvo en las regionales bávaras en donde estuvo lejos de sus resultados que costumbre, que suelen superar el 50 por ciento.

La CSU es un partido regional que sólo se presenta en Baviera donde no lo hace su partido hermano, la CDU. Las dos agrupaciones forman un grupo parlamentario conjunto en el parlamento federal.

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