Las gracietas repentinas de los políticos y nuestra cara de pardillos

    • Sacar el lado humano y humorístico de los políticos es lógico en campaña electoral, y hasta conveniente.
    • El problema es el contraste entre el frenesí expositivo en campaña y la ocultación pertinaz durante la legislatura.
Rajoy: "Entre Messi, Cristiano y Neymar, me quedo con Cristiano"
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Mariano comenta partidos de fútbol, Pedro se emociona en el confesionario de Bertín, Soraya baila con Pablo Motos, Alberto conduce karts, Pablo toca la guitarra… ¡qué simpáticos, qué graciosos, qué cercanos se nos han vuelto los políticos de repente!

Se entiende esta campechanía por la proximidad de la campaña electoral. De hecho, los partidos ya se encuentran inmersos en ella hasta el fondo.

Atravesamos un tiempo político muy importante, tanto que determinará la marcha del país en los próximos cuatro años. También tenemos que evaluar la gestión de los cuatro precedentes y decidir si el Gobierno se merece renovar nuestra confianza o no.

Los ciudadanos deberíamos ser ahora más proclives al análisis y a la crítica política que a la diversión. Ambas cosas no se excluyen, desde luego, pero la primera y segunda deberían pesar más que la tercera. Parece obvio que nuestros representantes políticos, y miro ahora singularmente a Mariano Rajoy, opinan lo contrario. Seguramente, con la complicidad más comodona de buena parte de la ciudadanía.Exposición ahora, ocultamiento antes

Señalo al presidente del Gobierno porque, además de explicar sus propuestas, debería rendir cuentas de su gestión. Me interesan mucho más sus explicaciones sobre los refugiados que sus opiniones sobre Bale.

Me sorprende sobremanera el contraste entre este frenesí expositivo suyo de las últimas fechas frente al ocultamiento pertinaz en la práctica totalidad de la legislatura que termina. El actual jefe del Ejecutivo no se ha ganado el hashtag #PresidentePlasma por casualidad.

Estoy seguro de que Rajoy contestaría así a esta crítica: "Antes no era hora de dar explicaciones, porque había que salvar a España del rescate. Ahora los españoles, y su presidente también, deben hablar de los importantes desafíos que aún tenemos por delante".

¿Se referirá al desafío de la Champions League?Denunciar el contraste

No acabo yo de entender la incompatibilidad de ambas cosas. No sé por qué no se pueden dar explicaciones cuando se está gobernando. Aunque en el caso de Rajoy resulta más fácil, si tenemos presente su famosa frase: "Voy a hacer lo que deba hacer, incluso aquello que haya dicho que no iba a hacer".

Efectivamente, en ese plan comprendo que sobren las explicaciones.

No soy un arisco. Me encanta conocer el lado humano de los políticos. Lo veo muy necesario. Es más: me he reído de lo lindo con las dos cariñosas (y justificadas) collejas que propinó a su hijo el presidente del Gobierno.

Pero no puedo más que denunciar el contraste. Vivimos en un país que exuda déficit democrático por todos sus poros. Tenemos un sistema parlamentario cuyos diputados no atienden a quienes les han votado. El Senado se ha convertido en un lucrativo adorno (lucrativo para quienes lo integran, oneroso para quienes lo costeamos). El Gobierno, el actual, se siente autorizado para incumplir su programa electoral sin pedir previamente la confianza de la Nación a través de las urnas, cuando el presidente considera que hay motivos de peso (los suyos, claro) para ello.

Y después de todo esto, todavía pretenden que les aplaudamos las gracias. Normal, porque nos ven cara de pardillos. Deberíamos plantearnos si no lo somos en realidad.

Sigue @martinalgarra

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