Sánchez, el líder que evitó el sorpaso pero llevó al PSOE al peor resultado de su historia

  • Pedro Sánchez ganó las primarias a Eduardo Madina el 13 de julio de 2014. Dimitió como líder del PSOE el 1 de octubre tras perder un Comité Federal.

    Sánchez, ahora escorado a la izquierda, ganó las primarias porque Eduardo Madina era de izquierdas. Después de las primeras elecciones llegó a un acuerdo con Ciudadanos. 

    Sánchez se presenta a las primarias 

Pedro Sánchez celebrará el miércoles un acto con militantes socialistas en Castellón
Pedro Sánchez celebrará el miércoles un acto con militantes socialistas en Castellón
EUROPA PRESS

Pedro Sánchez quiere volver a intentarlo. Ya avisó que se sentía con fuerza y ganas de liderar de nuevo el PSOE. Y hoy, en Dos Hermanas, cuna del socialismo andaluz, ese que un día le apoyó y ahora le da la espalda, ha anunciado que se presentará a las primarias de mayo. Y lo ha hecho erigiéndose como candidato de la militancia, como si el resto de candidatos no lo fueran. Como si los militantes que arroparon este viernes en Fuenlabrada a Patxi López fueran seres extraños. 

Esos mismos militantes que le entronaron al frente del PSOE un 13 de julio de 2014. Los socialistas celebraban primarias, un militante un voto, para elegir a su secretario general. Ese fue el legado que dejó Alfredo Pérez Rubalcaba que dimitió unos meses antes tras el mal resultado de los socialistas en las elecciones Europeas. El PSOE obtuvo un 23% de los votos, un resultado pésimo que sin embargo le dejaba a tres puntos del PP, que logró el 26%. 

Rubalcaba se fue y los militantes eligieron a Sánchez. ¿Por qué? La respuesta hay que buscarla en Andalucía. Susana Díaz, que había perdido el Congreso de Sevilla contra Rubalcaba (iba como número dos de Chacón), esta vez quería a un candidato que pudiera manejar. Los militantes andaluces votaron en masa a Pedro Sánchez frente a un Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, vistos como más peligrosos y de izquierdas. Sánchez logró el 48% de los votos frente al 36% de Madina. Fue el 13 de julio. Dos semanas más tarde el Congreso aprueba su victoria en las primarias y su ejecutiva es aprobada por el 87% de los votos. 

Durante un año trata de lidiar contra el ascenso de Podemos en las encuestas. En enero de 2015 a algo menos de un año de las elecciones de diciembre el partido de Pablo Iglesias encabeza las encuestas. No hay efecto Pedro Sánchez o se ha diluido. Coincidiendo con el enorme acto del partido morado en al Puerta del Sol, Podemos supera tanto a PP como a PSOE en los sondeos. 

En junio de 2015, después de un año en el cargo, Sánchez es elegido por aclamación candidato a presidente del Gobierno. Nadie se atrevió a presentarse a las primarias abiertas. En su discurso de proclamación, brillaron la gigante bandera de España y el discurso previo de Javier Fernández, que fue para enmarcar. 

Y así llegamos a las primeras elecciones del 20 de diciembre. Todas las encuestas pronosticaban que el PP ganaría y el PSOE quedaría segundo. Y así fue. No hubo sorpaso. Sin embargo el PSOE había perdido un millón y medio de votos respecto al resultado de Rubalcaba y 20 escaños. Era el peor resultado de la historia. Nadie, sin dudarlo, celebraría un resultado así. Sánchez, sin embargo, dijo aquello de "hemos hecho historia". 

El diciembre y enero los socialistas celebran dos Comités Federales. El primero autoriza al partido a negociar con Podemos siempre y cuando abandone cualquier idea del referéndum y el segundo aprueba someter a la militancia los posibles pactos de Gobierno. Así llegamos a principios de febrero y el Rey encarga a Pedro Sánchez intentar formar Gobierno. Sánchez lo acepta. 

En la negociación Pedro Sánchez llega a un acuerdo con Albert Rivera y Ciudadanos. Esa suma le permite sumar más diputados que el PP (130 frente a 127). Un acuerdo que obtiene el 80% de respaldo de la militancia donde hubo una participación cercana al 50%. Obtuvo el respaldo de la militancia pero no de Podemos, que consideró que ese acuerdo con Ciudadanos no merecía ni siquiera la abstención. 

Sánchez perdió las dos votaciones. En el mes que quedaba ni Sánchez ni Rajoy obtuvieron el respaldo de otros partidos. La convocatoria de otras elecciones era inevitable. Unas elecciones que se celebraron el 26 de junio y en las que había una novedad, Podemos se presentaba con Izquierda Unida y esperaban superar a los socialistas. Sumando sus votos el 20D ya lo habían hecho. Sin embargo en política dos más dos no son cuatro. El resultado del 26J dio más poder al PP, que subió casi 800.000 votos, y restó influencia a la izquierda.

Unidos Podemos perdió más de un millón de votos y el PSOE volvió a perder 100.000 votos más. Pedro Sánchez había vuelto a llevar a los socialistas al peor resultado de su historia con 85 diputados. El porcentaje de voto, el 22,7%, un poco inferior al cosechado por Rubalcaba en las europeas. 

Pero Pedro Sánchez estaba contento porque había evitado el sorpaso. Entonces dijo aquello de que el PSOE estaría en la solución al bloqueo político, sin saber muy bien a qué se refería. Empezó la campaña del "no es no" que llevaría a este país a un callejón sin salida. Una campaña que llevó a que Rajoy perdiera la investidura a pesar de su pacto con Ciudadanos. 

Una campaña, la del 'No es no' que muchos militantes celebraban y coreaban, como si fuera un dogma de fe. Una campaña que sin embargo no se creyeron los votantes. El 25 de septiembre esa campaña llevó a los socialistas a obtener el peor resultado de la historia en el País Vasco y en Galicia, donde hubo sorpaso en ambas comunidades. Por cierto, el ahora adalid de la militancia, en Pontevedra y Ourense cambió las listas a su antojo sin contar con lo que habían votado los afiliados. 

Pero Sánchez tenía un plan. Asegurarse el liderazgo del partido mediante primarias exprés, de las que saldría reforzado para poder negociar un Gobierno con Podemos y los independentistas. Entonces es cuando los barones se le echan encima y cuando Felipe González estalla y dice sentirse engañado.

 Los críticos a Sánchez reúnen 17 dimisiones en la Ejecutiva para forzar su salida, pero éste no cede a la presión y no disuelve el órgano rector. Los críticos dicen no reconocer la dirección encabezada por Sánchez. El uno de octubre se celebra el Comité Federal que debe votar el calendario propuesto por Pedro Sánchez. La propuesta es rechazada por 132 votos a 107 y presenta su dimisión. 

Poco después de prometer que defendería sus principios desde el escaño, deja también el Congreso y anuncia que se disponía a coger el coche para recorrer España. Eso fue a finales de octubre. Desde entonces dos actos, uno en Valencia y otro en Asturias, y el de este sábado en Dos Hermanas. 

Pedro Sánchez ha vuelto. Ahora envuelto en la bandera de la izquierda después de haber sido el candidato más moderado en julio de 2014. Ahora más cercano a Podemos, después de haber llegado a un acuerdo de Gobierno con Ciudadanos. Vuelve dividiendo, hablando de arriba y abajo y de los socialistas de izquierdas y de los que no lo son. Todo eso después de haber llevado al PSOE al peor resultado de la historia. 

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