"Independientemente de las valoraciones que puedan hacerse desde el punto de vista de la seguridad y del sistema energético, el cierre de la central es una buena noticia desde el punto de vista ambiental", ha manifestado en un comunicado.
Asimismo, ha expresado su esperanza de que la decisión sobre la central burgalesa limítrofe con el País Vasco permita abordar el debate sobre el modelo más sostenible y eficiente de energía, "teniendo en cuenta no solo los factores económicos, sino también los medioambientales".
El consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda ha señalado que la posible reapertura de Garoña, "la más antigua de las centrales nucleares existentes en España", contaba con el rechazo de la "gran mayoría de las fuerzas políticas, además de casi todas las instituciones concernidas de alguna manera, incluyendo los gobiernos y parlamentos de las comunidades limítrofes, y la totalidad de las organizaciones ecologistas".
Arriola también ha dicho que, al haber llegado al final de su vida útil "y estar suficientemente amortizada", la planta debía cumplir unos "fuertes requerimientos ambientales" para minimizar el "considerable aumento" de la temperatura del río Ebro que origina su funcionamiento, "lo que ha venido afectando a la biodiversidad de la zona".
"Es por todo ello por lo que, en sintonía con la posición expresada reiteradamente por las instituciones vascas, el Departamento de Medio Ambiente ha recibido con satisfacción la noticia del cierre definitivo de Garoña", ha concluido.
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